Crucero no estaba muerto: volvió

Cuando un equipo está herido en su amor propio, siempre es peligroso enfrentarlo, porque puede aparecer en escena en el momento menos pensado.

Algo de eso fue lo que pasó en la semana previa a este enfrentamiento clásico que observamos ayer en el estadio franjeado. Había un equipo que llegaba como «banca»: Guaraní y otro «punto»: Crucero. Sin embargo, el Colectivero, contra todos los pronósticos previos de los que dicen entender algo de esto, le ganó con absoluta justicia al segundo de la zona B, recuperó su espíritu de equipo grande y se prendió de nuevo en la lucha por clasificar a la próxima fase del Argentino B, a pesar de lo expresado por su dirigencia, en el sentido que ya estaban pensando en la próxima temporada.

A propósito: ¿no habrá sido una estrategia para tocarle las fibras más íntimas a sus jugadores y cuerpo técnico?

Si lo pensaron así, les salió muy bien, sin dudas.

Era un partido definitorio para el visitante y sus jugadores así lo entendieron. El equipo fue muy solidario, peleó cada pelota como si fuera la última y con un gran trabajo desde mitad de cancha hacia atrás, clausuró todas las vías ofensivas de Guaraní, especialmente los centros para la inquietante presencia de Nazareno Godoy, que apenas tuvo una posibilidad, a 8 minutos del final, que casi empata el juego, si Mosevich no ensaya esa pirueta, mezcla de chilena y tijera, para sacarla en la línea, cuando muchos se paraban para gritar el gol. El once de Dechat lució muy concentrado, lo esperó al local y, sin dejarlos del todo aislados a Escobar Fretes y Gutiérrez, descansó en ellos para inquietar a Pablo del Vecchio.

La primera etapa fue pareja en cuanto al trámite, pero Guaraní dispuso de tres chances muy claras para abrir el marcador y, quizás, mereció irse al descanso en ventaja. A los 15 minutos, Klein le puso un gran pase a Santa Cruz, que exigió a Doello. Sobre los 29’ otra vez el reemplazante de Verón remató desde media distancia y volvió a responder el arquero de Crucero y, a los 40’, una genialidad de Klein lo dejó a Tabaqui cara a cara con Doello, pero su disparo pegó en la parte exterior de la red.

En el comienzo de la parte final, aparecieron las chances para Crucero. A los 5 minutos un pelotazo de Bernal encontró mal parado al fondo franjeado, Escobar Fretes ganó en velocidad y cuando estaba para el gol, metió la mano para llevarse la pelota y se ganó la amarilla. Fue un preanuncio, porque a los 9’ el propio delantero guapeó una pelota a casi 30 metros, en línea oblicua y, cuando menos se esperaba, sacó un derechazo tremendo, esquinado, que se metió a media altura, contra el palo derecho del sorprendido Del Vecchio.

Era un gol de otro partido, que cambiaría la historia.

Crucero se hizo más fuerte en ese bloque defensivo inexpugnable, Guaraní se desesperó, fue sin ideas (¡¡¡cuánto extrañó a la «Brujita» Verón, su socio: Klein !!!) y de contra tuvo otras oportunidades para ampliar la diferencia.

El olfato goleador de Martín Escobar Fretes resultó decisivo.

Guaraní no aprovechó sus ocasiones de la primera etapa y careció de variantes para llegar el gol, a pesar de haber recuperado a su artillero, ayer muy bien bloqueado por Medrano y el debutante Horacio Correa.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas