La resignación llega al «Colectivero»

Luego del alejamiento de Salinas, el nuevo DT Pedro Dechat, tampoco le encontró la vuelta al funcionamiento del equipo

No levanta cabeza. El conjunto “Colectivero” comenzó muy bien pero cayó en su rendimiento sin explicaciones posibles.

No levanta cabeza. El conjunto “Colectivero” comenzó muy bien pero cayó en su rendimiento sin explicaciones posibles.

Lo mejor que puede pasar es que se termine ya el torneo, barajar y dar de nuevo parece ser la única salida para sortear el mal momento por el que transita el club Crucero del Norte en el torneo Argentino B temporada 2007-2008. Esa es la opinión mayoritaria de los dirigentes del Colectivero, que tras sumar sólo cuatro puntos de los últimos 27, quedando relegado en las posiciones, no avizoran un cambio a corto plazo y cuando quedan siete fechas para finalizar la etapa regular, ya piensan en una reestructuración muy importante del plantel para la próxima temporada.

Si bien los jugadores confían en revertir la imagen, no son tan optimistas los integrantes de la comisión directiva quienes esperan completar los partidos que faltan del campeonato para comenzar a preparar la próxima temporada. El objetivo de clasificar quedó lejos y mucho más distante todavía el sueño del ascenso, posibilidad que se fue frustrando partido tras partido donde no aparecieron los resultados.

La salida de «Pico» Salinas como entrenador no fue el remedio para curar la enfermedad que parece tener el plantel, esa que no le permite salir del pozo en el que está inmerso y que en una rueda lo alejó de las primeras posiciones y fuera de la zona de clasificación. Fiel a su estilo y a sus principios, el club cumplirá con las obligaciones de seguir participando, respetará el acuerdo que tiene con los integrantes del cuerpo técnico y los jugadores e intentará hacerse de paciencia para soportar los partidos que quedan, incluyendo el clásico con Guaraní y largos viajes como a Gualeguaychú y Paraná.

De mayor a menor

En su tercera temporada en la categoría, la ilusión de pelear arriba de principio a fin se diluyó después de 21 partidos en el que el rendimiento fue de mayor a menor, cuando siempre se aconseja lo contrario. Desde el seno de la conducción imaginan a pocos sobrevivientes del actual plantel para la próxima temporada, la que seguramente arrancará en septiembre, quien sabe con qué nombres en la cancha y en el banco.

A lo que no renuncia la institución es al proyecto social, el de transformar al club en un integrante útil de la sociedad, con instalaciones de primer nivel y profesionales confiables en cada uno de los rubros. Lastimosamente toda la actividad social contrasta con el presente deportivo en el Argentino B, que a pesar de la inversión, la pretemporada y el alto presupuesto para el arribo de nombres importantes para apuntalar la base que ya existía, no aseguraron un bienestar deportivo.

En el manual de las excusas sobran las palabras para tratar de justificar un momento crítico, pero en el fútbol, la verdad está en el arco de enfrente y por esa zona hace mucho que Crucero no transita y como la situación se torna cada vez más y más cuesta arriba, lo mejor que puede pasar es que se termine ya el torneo. Encima, este fin de semana tiene un partido más que relevante, frente a Guaraní Antonio Franco.

«La pelota no entra», señalan los jugadores

Para atacar, también hay que saber defender y los jugadores del Colectivero analizaron, después de la última caída, que el equipo no puede dar ventajas atrás, sobre todo porque les cuesta mucho convertir.

El lateral Gabriel Mosevich opinó después de la caída ante Patronato que «no sabemos más que hacer. Lo buscamos por todos lados, desbordamos, tiramos centros, probamos desde afuera pero la pelota no quiere entrar. Y encima cuando nos llegan, nos convierten».

Un poco más crítico fue Joselo Bernal, el experimentado volante coincidió con Mosevich en la «cantidad de situaciones desperdiciadas por partido que no concretamos», pero agregó que «hay que revisar qué estamos haciendo mal atrás porque nos convierten siempre. En el afán de salir a buscar siempre, en todos los estadios, quizás nos descompensamos un poco y tendríamos que corregir ese aspecto».

Y a su turno, el delantero Cristian Gutiérrez le apuntó a «una maldición lo que nos está pasando. No puede ser la cantidad de goles que fallamos, siempre los arqueros son figuras contra nosotros. No la podemos embocar. Contra Guaraní el próximo domingo es la primera de una serie de siete finales que tenemos», aseguró.

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