Desde el organismo de control de fronteras explicaron que solamente pueden secuestrar los vehículos paraguayos que tengan tanques antireglamentarios.
Mientras la venta ilegal de combustibles posadeños crece en Encarnación y según medios del vecino país, ya llega a 30 mil litros diarios; de este lado del Paraná el desabastecimiento aumenta al mismo ritmo. Propietarios de estaciones de servicio de la capital provincial aseguraron que no sacan ningún beneficio de la venta a extranjeros, aunque advirtieron que no pueden negarles el suministro y acusaron a la Administración Nacional de Aduanas de no ajustar los controles para evitar el paso de los combustibles.
Los estacioneros reconocieron que la venta a extranjeros se restrinje solamente en algunas de las bocas de expendio de Posadas y admitieron además que muchos paraguayos dejan propinas a los playeros para evitar las limitaciones.
Consideraron sin embargo, que resulta muy difícil evitar que se vendan grandes cantidades de hidrocarburos a vehículos de la vecina orilla porque «si encuentran que una estación no les llena el tanque cargan hasta donde pueden y siguen recorriendo estaciones hasta llenar», indicaron.
En consecuencia, consideraron que la unica forma de evitar la sangría de combustibles es ajustar los controles en el puente.
Por su parte, Marcelo Bulacio, administrador de la Aduana de Posadas, explicó que solamente se puede impedir el paso de vehículos cuyos tanques de combustibles hayan sido modificados de modo antireglamentario para ampliar su capacidad, en tanto que nada pueden hacer si los hidrocarburos pasan en automóviles que no presenten cambios sustanciales en su estructura.
Indicó que en los últimos meses incautaron varias combis con tanques de hasta 150 litros. Por su parte, uno de los inspectores que trabajan en el puente, recordó que llegaron a secuestrar nafta almacenada en bolsas de lona impermeable.
Raúl Alonso, dirigente de la Cámara de Estaciones de Servicio y Afines del Nordeste (Cesane), consideró que los combustibles que los paraguayos puedan obtener de las expendedoras posadeñas difícilmente alcance para abastecer a un mercado paralelo. «Apenas tenemos para vender a nuestros clientes», afirmó.
En consecuencia, estimó que los hidrocarburos que se ofrecen en las veredas encarnacenas podrían surgir de las empresas de transporte.
En ese sentido, recordó que algunas compañías transportistas ofrecieron venderle varias veces parte del combustible subsidiado que reciben de la Nación.
La acusación del estacionero fue desmentida de plano por miembros de la cámara que nuclea a los transportistas de media distancia de la provincia, quienes advirtieron que el gasoil que reciben no les alcanza siquiera para cubrir su consumo propio. «No nos sobra una gota para venderle a nadie. Aparte si salimos a vender a terceros después nos va a faltar a nosotros y vamos a tener que salir a comprar a precio de surtidor y estaríamos perdiendo dinero», explicaron.
