La ruta de unos 300 millones de pesos no tiene respuesta

Es la cifra que podrían haberse llevado los responsables del fiasco financiero. Se suman denunciantes pero cada vez hay menos certeza sobre la ruta del dinero. ada vez se va conociendo más de los pormenores de la estafa más importante de la historia de la provincia de Corrientes. Pero cada vez hay menos certezas sobre la ruta del dinero de los inversionistas que se habrían llevado los máximos responsables de la financiera Boston Continental, Marcelo Melgarejo y Alejandro Rotella, hoy prófugos de la justicia.

La investigación judicial, responsabilidad que por estos días recae en la jueza Gabriela Aromí de Sommer, a cargo del Juzgado de Instrucción Nº 1, comenzó ayer con el peritaje a, por lo menos, cinco computadoras que fueron secuestradas de las oficinas centrales de la entidad estafadora. De allí se desprende el primer dato destacado: «el monto total de la estafa rondaría los 300 millones de pesos», confirmaron fuentes vinculadas a la causa.

Algunos de los datos encontrados permitirían conocer, además, una lista más amplia de inversionistas. Sin embargo esa información tendría un «doble filo» ya que un gran numero de estafados prefiere el anonimato a riesgo de que la justicia pueda iniciar investigaciones de oficio para conocer la procedencia del dinero invertido.

Tenían todo listo

El repentino cierre del juego financiero parece no haberse dado por azar. Si bien algunas versiones indicaban que Melgarejo y Rotella se habrían peleado y decidido entonces dar por terminado el circuito de ganancias compartidas, las hipótesis de los investigadores se inclinan por una acción premeditada y calculada con precisión.

Y es que, por lo menos hasta ayer, ni de las computadoras revisadas ni de los detenidos, se podía obtener un dato más o menos preciso sobre la ruta del dinero. Hay al menos dos computadoras que Melgarejo se habría llevado de las oficinas antes de retirarse por última vez, el 28 de diciembre pasado. En esos aparatos estaría la información «más pesada», la misma que buscan los agentes de la justicia correntina en pos de alguna certeza en la causa caratulada, en principio, como «Estafas reiteradas».

Detenidos y testigos

Por su parte, la situación de los dos detenidos hasta el momento en el marco de la investigación de la causa, Juan Aurelio Gómez y el cabo de la Policía Federal, Manuel Benito «Paky» Romero, lejos de apaciguarse, se complica.

Mientras el abogado defensor de ambos insiste en que sus clientes son «simples perejiles» en la estafa de la financiera fantasma, la jueza va encontrando elementos para tenerlos tras las rejas.

Y es que, si bien el grueso del dinero descansaría en un banco extranjero en algún «paraíso financiero de Centroamérica» -hipótesis que crece entre algunos abogados de la querella- la requisa a las computadoras del Boston Continental habría permitido conocer algo de los movimientos menores, como la compra de una camioneta 4×4, adquirida en un exclusivo concesionario correntino, y cuyo dueño formal sería quien se desempeñaba como «simple administrativo»: Juan Aurelio Gómez.

Para el suboficial de la Policía Federal, las cosas tampoco están sencillas. El testimonio de uno de los asesores financieros fue crucial para que la magistrado decidiera mantenerlo tras las rejas. Según esa declaración, «Paky» Romero era el hombre de confianza de Melgarejo, el encargado de custodiar grandes sumas de dinero que salían diariamente desde la financiera estafadora.

Así las cosas, ambos detenidos continuarán en esa situación. Mientras tanto, otros implicados ya solicitaron a la jueza, a través de sus abogados, la exhimición de prisión antes de presentarse en los estrados.

Denuncias de «clientes vip» hacen crecer el monto estafado

Los años en el mercado le permitieron a Boston Continental ganarse la confianza de poderosos empresarios que, asesoramiento mediante, comenzarán a sumar sus reclamos. Son considerados «clientes vip», y las cifras de dinero denunciadas serían millonarias. Mientras la justicia sigue indagando sobre todas las pistas posibles, para muchos se aleja la posibilidad de recuperar el dinero invertido, hoy en manos de personas con conocimientos suficientes como para hacerlo desaparecer.

Más pistas serán revisadas en archivos informáticos con claves que sólo tenían Melgarejo y Rotella. Para ello, y tomando todas las precausiones del caso, un grupo de experimentados «hackers» informáticos buscará acceder a la documentación.

Pero no todo es pesimismo, el abogado Mario Angelof, representante de una gran cantidad de damnificados, mantiene fuete su hipótesis de que los prófugos estarían en Paraguay, sin movimientos planificados y siendo buscados por Interpol.

Para el experimentado letrado, la cifra final de la estafa sería mucho mayor a 300 millones de pesos. «Falta mucho por investigar y los responsables van a aparecer», concluyó optimista.

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