Pero el amor es más fuerte

Moncho, Valentina, Richard, Clarisa, Raúl y Rosa son pacientes del Hospital Carrillo y decidieron dar lugar al amor sin importar las realidad que les toca vivir. Algunos dicen que el amor es el último suspiro de la cordura, otros afirman que sólo los cuerdos aman con locura. Pero no es así, hoy conocerán tres historias de personas que aman sin importar las circunstancias de la vida que les toca vivir.

El sol apenas asoma y sentado a la sombra del un árbol se encuentra Moncho, uno de los pacientes del Hospital Carrillo. Con su tradicional mate espera la llegada de ella, su señora llamada Valentina.

Cuenta el personal del nosocomio que tiempo atrás ambos decidieron unir sus vidas para siempre de forma simbólica. Al casamiento asistieron todos sus compañeros del Carrillo. Mientras él la mira con ojos de enamorado Valentina le muestra un sonrisa cómplice, que expresa todo su amor.

En el hospital existen monoambientes para que las parejas que se forman entre los pacientes puedan vivir juntos. La mayoría de los internos fueron abandonados por sus familiares y buscan el afecto de los otros. Así se forman los lazos de cariños entre los pacientes.

En el fondo del patio están Raúl y Rosa. Aunque ahora comparten el camino del amor, antes cada uno lo seguía por separado, es decir tenía otras parejas. Pero un día decidieron estar uno a lado del otro y es el día de hoy que todavía está juntos.

Pero si de amor se habla la siguiente historia es digno de los corazones románticos. Richard era modelo y por esas cosas de la vida actualmente está internado en hospital. Allí encontró a su alma gemela Clarisa, quien sentada en el banco acaricia los cabellos de él. Durante los primeros días de cortejo jamás se miraron a los ojos hasta que el día menos pensado se encontraron en una mirada y sellaron su amor.

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