Otro de los atractivos de la localidad de Montecarlo, al norte de la provincia,
recibe por estos días a cientos de turistas de distintos puntos del mundo.
Como uno de los paseos imperdibles para esta temporada el Laberinto Vegetal ubicado en el Parque Juan Vortisch en Montecarlo se convierte en uno de los espacios preferidos para la visita de grandes y chicos. Con una superficie total de 3.100 metros cuadrados, característica que lo convierte en el paseo más grande en su estilo de Latinoamérica recibe a diario veraneantes que provienen tanto de otras provincias argentinas como del exterior.
Valerio Ruiz, encargado del mantenimiento del lugar, contó en diálogo con Misiones On Line que a diario llegan hasta el predio aproximadamente 400 personas entre grandes y chicos. La consigna según él es tratar de hallar una de las dos salidas en el menor tiempo posible sin más que un poco de buena memoria.
«En este parque como está el laberinto viene mucha gente de afuera para visitar porque como dice la gente vos entras y te perdes. Pero no es que es pierden, sino que no pueden salir nosotros tenemos que guiarlos para que salgan. Entonces ellos pagan para perderse», explicó Ruiz.
En total el laberinto de libustrina tiene una superficie de 3.100 metros, cuadrados de los cuales 1.700 son pasillos, 510 esquinas sin salidas, dos caminos y una sola salida.
En cuanto a los visitantes que se acercaron en lo que va del mes se registraron turistas procedentes de Suiza, Estados Unidos, Grecia, Canadá, Polonia, Alemania y Francia. También de varias provincias argentinas como Buenos Aires, Tierra del Fuego, La Pampa y Córdoba.
Otro de los atractivos del parque son las instalaciones donde los visitantes pueden hacer uso de las parrillas, mesas, bancos, baños para pasar el día, aunque no para acampar. «Ahora que estamos de vacaciones vienen todos los días, los meses de febrero y enero. En marzo cuando empiezan las clases no viene nadie. Después llegan en Semana Santa o vacaciones de invierno donde se da otro pico», sostuvo Ruiz.
Finalmente contó que la tarea de mantenimiento es ardua porque se realizan podas, hay que cuidar de las plagas como las hormigas y que la gente no pase por el medio de las plantas. «Siempre le decimos a la gente que no lo haga porque destruyen el atractivo. Por eso a la mayoría le ayudamos para salir».
