Estructuras

El tema central sigue siendo la energía. El NEA dio ayer un nuevo paso en el largo camino para contar con gas natural en la región. Pero la apertura de las ofertas económicas para el gasoducto que traerá el combustible desde Bolivia, no termina de satisfacer las necesidades locales. Ahora viene una nueva etapa en la que los gobernadores deberán delinear con la Nación cómo financiar los subramales para que el fluido finalmente llegue a las industrias y a los hogares de la zona.

El gobernador Maurice Closs, quien participó ayer de la apertura de las ofertas económicas para el gasoducto junto a la presidenta Cristina Kirchner y su par boliviano, Evo Morales, anticipó que mantendrá reuniones con sus pares de Chaco, Jorge Capitanich y de Corrientes, Arturo Colombi, para diagramar una posición conjunta ante la Nación. De todas maneras, las palabras de la Presidenta tranquilizaron a los mandatarios. Prometió que «ningún argentino se quedará sin tener gas».

La obra todavía parece un poco lejana en el tiempo, por lo que la necesidad de contar con fuentes alternativas de energía se mantiene vigente. Con el gasoducto, el gobernador pretende bajar el costo para las industrias y también el de la electricidad para los hogares. Además, considera que tendrá un impacto ambiental positivo, ya que la mayoría de las industrias misionera opera con energía generada a partir de la quema de madera.

En tanto, el gobernador ya comenzó a dar los primeros pasos para cumplir las promesas de campaña. Anoche en Puerto Piray, durante la inauguración de un hospital, firmó el decreto para la municipalización de la atención primaria de la salud, una propuesta clave para descomprimir los grandes hospitales y sobre todo, actuar sobre la prevención antes que sobre la enfermedad. La idea diseñada por el mandatario incluye la cesión desde la Provincia de un peso por habitante para que los municipios se hagan cargo de la atención primaria.

El Estado provincial destinará doce millones de pesos al año para que los intendentes atiendan la salud en sus municipios. Dependerá de ellos ahora, como se administran sus hospitales o centros de salud. Closs también anunció anoche que se crearán dos nuevas zonas de salud y se aumentará la complejidad de todos los hospitales de la provincia con más recursos humanos y equipos médicos.

En el plano político sorprendieron las repercusiones de una movida nacional. El peronismo quiere entronizar a Néstor Kirchner en la conducción partidaria nacional, lo que desató en Misiones una ola con muchas derivaciones.

El peronismo misionero, intervenido desde hace un año y medio, tiene una postura política bastante a la deriva. Primero apoyó la reforma constitucional y ante el fracaso, cambió de rumbo y jugó en contra de la Renovación en las últimas elecciones. Sin embargo, varios renovadores de origen justicialista salieron a pedir una amnistía generalizada que incluya al ex gobernador Carlos Rovira para que sea quien presida el partido. El primero en postularse fue el diputado nacional Timoteo Llera, quien todavía se mantiene dentro de las filas del PJ, quien pidió amnistía para todos y se candidateó a la presidencia.

La movida, sin embargo, no habría sido consensuada con la cúpula de la Renovación. El jefe de Gabinete, Ricardo Escobar negó que se esté pensando en una vuelta masiva a las estructuras. «Sería una locura. Los que se fueron ya se fueron, y los que estamos en el Frente Renovador, estamos convencidos que este es el mejor camino», aseguró.

Según algunas fuentes, ni el propio Rovira estaría demasiado enterado del deseo de algunos peronistas renovadores de copar las estructuras. Otras en cambio, consideran que el presidente de la Legislatura no se expondrá a una candidatura por el PJ -es presidente del partido de la Concordia-, pero sí podría alentar a alguna figura para que sea el justicialismo el que se encolumne detrás de los proyectos de la Renovación. En cambio, algunos hombres fuertes del Gobierno, opinan que el oficialismo debe tener su propia doctrina para fortalecer a la Renovación y evitar diásporas de quienes pretendan proyectos personales, como ya sucedió con Tschirsch, Esteban Lozina o Jorge Brignole, por nombrar algunos casos.

Desde el partido, el coordinador político Oscar Velázquez respondió que ningún renovador puede aspirar a presidir el PJ porque fueron expulsados o están en otros partidos. Pero esa también es una realidad a medias. El diputado Esteban Lozina, aunque de cuna peronista, fue autoridad partidaria sin estar afiliado, lo mismo su colega Diego Sartori, quien llegó al partido de la mano de Ramón Puerta. Aparentemente, esta vez el ex gobernador no entraría en la compulsa, ya que está más vinculado al PRO de Mauricio Macri y al armado de un espacio de oposición de centroderecha que le dispute el poder a Cristina Kirchner en 2011. En ese espacio imagina a todo el espectro opositor, incluidos a radicales y a Lilita Carrió, aunque es poco probable que figuras tan disímiles como el neuquino Jorge Sobisch y la chaqueña puedan compartir un proyecto político.

El «operativo clamor», para que Néstor Kirchner sea ungido jefe del Partido Justicialista, está saliendo tal como se preparó desde la misma Casa Rosada. Que aparezca como una iniciativa de diputados, intendentes y gobernadores y no como algo propio de la misma entraña del poder. Ese plan tiene una instancia legal muy importante, porque el partido está intervenido y los hermanos Rodríguez Saá y Carlos Menem no se la harán fácil al kirchnerismo.

Pero Kirchner se apoyará en el poderoso aparato del peronismo bonaerense, que tiene en el diputado José María Díaz Bancalari a uno de sus principales voceros. ¿Qué es lo que quieren? Los bonaerenses aspiran a una importante cuota de poder dentro del partido a la hora de repartir cargos. Y una de sus vicepresidencias, comenzando por la principal, es uno de sus objetivos.

Quienes confían en la conducción de Kirchner sostienen que en realidad, lo que busca es mantener al partido alineado a una idea de país. Algo así como «los que estamos de este lado, queremos esto, los del otro, son los rivales».

Sin embargo, la situación en Misiones es otra. La Renovación es renovación por haber roto con las estructuras partidarias tradicionales y varios analistas del oficialismo consideran innecesario un retroceso. Sí que el partido haga un acercamiento a las filas renovadoras, pero no al revés.

En las últimas elecciones la sociedad ha dado sobradas muestras de que las estructuras habían perdido su peso específico. Y la sociedad difícilmente marcha hacia atrás. Lo padeció Ramón Puerta en 2003 y los que apoyaron al ex vicegobernador Pablo Tschirsch desde el justicialismo el año pasado. El radicalismo prácticamente ha fenecido en la provincia, con la supervivencia de apenas un puñado de dirigentes que hoy no tienen una conducción clara. Incluso algunos esperan una señal del gobernador Maurice Closs para sumarse de alguna manera a la coalición gobernante. Pero el propio Closs insiste en que quien no se sumó antes, tendrá que esperar para hallar un espacio ahora.

Por el contrario, en el oficialismo quieren hacer notar que la convivencia entre orígenes distintos es positiva. Ya no más peronistas o radicales, sino, renovadores. Las líneas de acción entre Gobierno provincial e intendentes y entre ministros y el gobernador se actualizan con fluidez y el objetivo es trabajar en conjunto, dicen.

Quien tuvo una semana difícil fue el intendente de Posadas, Orlando Franco, quien tuvo que lidiar con una amenaza de huelga de los empleados municipales en reclamo del pase a planta permanente de tres centenares de contratados. La promesa había sido hecha por el ex intendente Jorge Brignole. Franco tuvo que negociar un acuerdo parcial y se incorporarán a 52 a la planta permanente y cien pasarán a tener relación de dependencia con la Municipalidad. Pero eso era mejor que un conflicto que afecte los servicios en la capital. Recién ahora, con todos los datos administrativos en mano y una garantía de paz con los municipales, el alcalde comenzará a desarrollar sus proyectos. La creación de un parque industrial, mejoramiento de calles céntricas, asfaltado de avenidas, la resemaforización y una remodelación de la plaza 9 de Julio aparecen como los proyectos más destacados.