La nariz es un elemento importantísimo en el contexto facial

¿Rinoplastia o rinomodelación?

El especialista en estética, Aníbal Lotocki, conocedor de ambas técnicas, comentó las diferencias, las ventajas y complicaciones de cada una de las prácticas mencionadas para corregir defectos de la nariz.

Además de ser la depositaria del sentido del olfato, la nariz es el órgano que conecta nuestro sistema respiratorio con el medioambiente. La respiración tiene en ella la vía de ingreso y salida del aire, el cual lleva el vital oxígeno hasta los pulmones para hacer el proceso de intercambio gaseoso que purifica la sangre. Filtra el aire, lo humidifica y le da la temperatura apropiada. Por lo tanto, contar con una nariz apropiada, sin desviaciones ni deformaciones es imprescindible para la salud humana. Cuando estas condiciones no se dan naturalmente, o un accidente ha provocado daños físicos, la opción es una rinoplastia o cirugía para dar nueva forma a la nariz.

Sin embargo, la mayor cantidad de personas que recurren a esta cirugía lo hacen buscando más bien un resultado estético. Y es que la nariz es un elemento importantísimo en el contexto facial. Su forma, tamaño, el ángulo que forma con el labio superior, la orientación y tamaño de los orificios nasales y demás, hacen que se encuentre o no en armonía con el rostro, más allá de su valor anatómico-fisiológico. Esa armonía está condicionada por el modelo estético imperante en una sociedad en un momento dado, y ese ideal puede ir cambiando. Lo importante es saber adecuar ese modelo a la situación de cada persona, de manera que no sea una forma impuesta y antinatural, es decir, un cliché. La nariz, entre otros rasgos físicos, es uno de los elementos que refuerzan la imagen personal individual. Por lo tanto, no siempre reproducir el modelo estético imperante será favorable para la autoimagen.

El especialista en estética Aníbal Lotocki, señaló que se hace difícil para los pacientes elegir el tratamiento correcto para corregir los defectos de la nariz, pues existen algunos tentadores procedimientos no quirúrgicos que a la vez son excelentes y definitivos. Sin embargo, la técnica quirúrgica es indispensable en muchas situaciones. El profesional avezado y conocedor de ambas técnicas puede discernir y trasmitir al paciente las diferencias, las ventajas y complicaciones de cada una de ellas. Una breve descripción puede orientar a aquellos que siempre desearon un cambio estético de la nariz y aún no tomaron la decisión.

Tratamientos para resolver trastornos estéticos de la nariz:

La rinoplastia es un tratamiento quirúrgico para corregir estéticamente la forma de la nariz, se puede realizar esta cirugía a partir de los 18 años de edad, tiene la ventaja que se efectúa a través de mínimas incisiones que quedan escondidas en el interior de la nariz, sin cicatrices externas.

Este procedimiento se realiza en una o dos horas y puede hacerse con anestesia local y sedación aunque algunos cirujanos prefieren la anestesia general.

Es de porte ambulatorio y excepcionalmente requiere de internación.

Luego de la operación hay que dejar un taponamiento nasal de 24 horas y yeso durante siete días.

Pueden aparecer moretones e hinchazón alrededor de los ojos que ceden progresivamente pero no hay dolor en el pos-operatorio. El paciente, a los siete días, cuando se saca el yeso se encuentra en perfectas condiciones para la actividad social y/o laboral, ya que si hay hematomas a esta altura se minimizan aunque para la actividad deportiva de contacto es conveniente esperar dos o tres meses.

Los resultados son siempre definitivos. La inflamación puede durar varios meses, pero a pesar de ello al cabo de pocos días, se puede obtener una idea aproximada del resultado definitivo, que no podrá ser evaluado correctamente hasta que hayan transcurrido varios meses de la intervención.

En cambio la rinomodelación es una técnica de última generación, no invasiva, con resultados excelentes y permanentes. Se puede utilizar para corregir gran número de trastornos estéticos de la anatomía nasal, como pequeñas jibas o dorsos prominentes, puntas caídas, secuelas de rinoplastias anteriores, defectos de forma y demás.

Se realiza con materiales de relleno inyectables, como el metacril, la hidroxiapatita o poliacrilamida, también en algunos casos donde el defecto es importante puede combinarse con hilos tensores nasales.

La práctica se realiza sin anestesia ya que es indolora y no lleva más de quince minutos, no requiere tiempo de recuperación y el paciente puede reintegrarse inmediatamente a su actividad habitual. No deja hematomas y la inflamación es imperceptible. Los resultados se ven inmediatamente.

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