Las autoridades argentinas y brasileñas aclararon que los viajeros que van a veranear a las playas del sur no corren peligro y no necesitan vacunarse. Mañana se regularizará la distribución de vacunas en todo el país. El alerta por la enfermedad es para los estados selváticos y costeros del norte. Más de 8.000 turistas argentinos que pasarán sus vacaciones en Brasil se vacunaron contra la fiebre amarilla durante los primeros tres días de campaña sólo en Capital Federal, a raíz de los casos aparecidos en el norte del país vecino, una cifra «altísima», informaron fuentes oficiales.
Solamente en los tres centros porteños -todavía no hay cifras provenientes del interior del país- y desde el jueves pasado, cuando comenzó la campaña, se inocularon alrededor de 8.050 personas, aunque muchos de ellos visitarán la costa atlántica, por lo que no era necesario que se vacunaran.
El jueves lo hicieron 4.700 turistas, ayer 2.900 y hoy, antes de la 1, cuando se cerraron los centros, otros 450, indicó a Télam el director nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgos, Hugo Fernández, quien además indicó que la iniciativa se extenderá durante todo el verano y garantizó que «no habrá faltantes». «Para dos días y tres centros abiertos, y teniendo en cuenta la tasa usual de vacunaciones para zonas de riesgo, que como siempre son lugares exóticos es muy baja, la cantidad que tuvimos ahora es altísima, pero de todos modos facilitamos la vacuna a todos», dijo el funcionario.
La cifra fue tan elevada por el recambio turístico, ya que, en vísperas de la segunda quincena de enero, un amplio contingente de argentinos se desplazará a Brasil. A su vez, Fernández sostuvo que el número puede haber sido influido por la falta de información, ya que la recomendación de vacunarse es para aquéllos cuyo destino turístico son sólo las ciudades ubicadas en las zonas del norte y centro de Brasil. No obstante, también concurrieron quienes pasarán sus vacaciones en el sur y la costa atlántica brasilera, zonas en las que no hay peligro de contagio.
«Es muy buena la respuesta de la gente, pero en principio hubo informaciones confusas. A menos que alguien espere meterse en la selva, por lo que tendrá que prevenir el botulismo, la gente que va a la costa y se vacunó fue porque así se sentían más seguros, no hacía falta», aseveró.
El área vulnerable está constituida por los estados de Acre, Rondoña, Mato Grosso, Goias, Mina Gerais, Tocantina, Pará, Amazonas, Roraima, Amapá y Maranhao, así como en los distritos costeros de Amapá, Pará y Maranhao; mientras que en Piauí existe un «riesgo de transmisión esporádica», informó Fernández.
En el interior del país la situación se regularizará a partir del lunes, ya que todavía falta distribuir miles de vacunas, especialmente en el sur, que provendrán de la reserva que el Ministerio de Salud tiene en las provincias del norte, cuya población normalmente está más expuesta a contraer la enfermedad.
«A partir de la semana se regularizará la distribución en las provincias. Pero faltantes no va a haber, porque tenemos un stock en cámara de 300.000 vacunas en el norte del país. Vamos a estar abiertos a la demanda, por lo menos durante todo el verano», indicó.
Los centros en Capital Federal, adonde se debe concurrir con documentos de identidad, son el Area de Sanidad de Fronteras, -avenida Huergo 690-, el Hospital Posadas -avenida Marconi y Presidente Illia de Morón- y una dependencia de Salud Ocupacional de la cartera sanitaria, cita en Carrillo 498. La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa aguda de origen viral que tiene una duración breve, aunque una gravedad variable, ya que la infección puede progresar hacia una etapa de intoxicación, con síntomas de insuficiencia hepato-renal, hematemesis, melena y otras manifestaciones hemorrágicas.
Existen dos tipos: Urbana, que se contagia a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti; y la Selvática, difundida en las selvas de América del Sur y transmitida por especies de mosquitos del género Haemagogus o Sabethes.
