Tras el escándalo desatado por las revelaciones del obispo Marcelo Martorell por irregularidades en el manejo de la Pastoral Social y Cáritas de Iguazú por parte del círculo íntimo del ex obispo Joaquín Piña, diversas organizaciones que respondían a sus órdenes harán hoy una manifestación en su «defensa» y para mostrar «el desacuerdo» con las líneas de gobierno diocesano de Martorell, a quien acusan de «estar bajo las órdenes del poder político y hacer una Iglesia para los ricos».
«Cristianos por la Justicia», «Autoconvocados por la Verdad» son las dos organizaciones que organizan la movilización en la plaza central de Iguazú a las 9.
También pretenden tener una reunión con el obispo para decirles que «no estamos conformes con las medidas y los cambios que hizo», anticiparon los organizadores.
El escándalo se desató cuando al cumplirse un año de su arribo a Puerto Iguazú, el Martorell elevó al Episcopado un documento en el que denuncia la concreción de un «descomunal desfalco» en la pastoral Social de esa Diócesis, presuntamente perpetrado por hombres de la máxima confianza de su antecesor, Joaquín Piña, desnudando la existencia de irregularidades de tal magnitud que los nuevos asesores jurídicos preparan ya una denuncia penal por malversación de fondos que involucraría a casi todos ellos, entre los que se encuentra Carlos Di Marco, ex titular de la Pastoral Social y candidato a vicegobernador del Frente por la Dignidad, que lideraron Piña y el camionero Adolfo Velázquez.
Los resultados de la auditoría ordenada por Martorell, revelan la existencia de una red que utilizaba ayuda internacional en euros destinada a los indigentes para campaña política, y fondos de programas nacionales para honorarios que no correspondían, siempre para las mismas personas.
Todos los señalados por el obispo lo acusaron de «armar un escenario» para atacar a Piña y desacreditar el trabajo que se hacía en la Pastoral.
Martorell también se quejó de los ex integrantes de la Pastoral Social por oponerse a su designación y organizar manifestaciones y operaciones en su contra. Nombra a P. Calgary, Carlos Di Marco, la hermana Adela Helguera, Pascualina Pepino, Rosa Porello, Marivi Puertas, Carolina Acosta y los desplazados Patricia Lizarriaga y Maximiliano Almirón como personas que «han tomado a las instituciones de la Iglesia como mera fuente de trabajo y lugar donde fácilmente puedan introducirse en las comunidades para comunicar y esparcir su ideología, que dista mucho de lo bíblico».
También reveló que cuando Di Marco inició su campaña como candidato a vice, se le pidió la renuncia porque la diócesis no avalaba una alianza partidaria hecha con el partido Comunista, el Socialista, la Corriente Clasista y Combativa y el sindicalista Adolfo Velázquez.
Pero Di Marco desobedeció las órdenes y siguió operando directamente con las autoridades nacionales de Cáritas y la Pastoral Social, usando los fondos para la campaña y advirtiendo que iban a crear una estructura paralela con una ONG de una religiosa para que se le giren fondos. Según el documento firmado por Martorell, Di Marco, en octubre giró en descubierto con la tarjeta American Express 4.200 euros de la cuenta que llega como ayuda social desde Alemania, que estaba destinada a proyectos de ayuda directa a los más necesitados.
