Gustavo Maraccio fue el jugador que acompañó a Chucho en el juego de exhibición, en una jornada inolvidable para los chicos
Con los chicos. El jugador demostró un lado no conocido por la mayoría de sus seguidores ayudando a los chicos.
Inédito y espectacular fue lo realizado por José Acasuso en el club Capri de Villa Cabello. Como Emanuel Ginóbili en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), el «Chucho» dio un clínica a las promesas del tenis provincial.
Con el jugador profesional Gustavo Maraccio, el posadeño impuso presencia desde que pisó el polvo de ladrillo de la institución capitalina.
Primero agradeció a los presentes y destacó que todo lo recaudado iría a beneficio del Hospital de Madariaga y el Hogar de Niños Minusválidos Sagrado Corazón. Además, para este última institución, José donó sábanas, ventiladores, camillas, nebulizadores y otros artefactos indispensables para que los chicos sean atendidos correctamente. Asimismo, Acasuso llegó a jugar con algunos de los chicos que asisten al Sagrado Corazón, todo un ejemplo para cualquier deportista. A su vez, «peloteó» con chicos misioneros que en el futuro podrán tomar el lugar que dejará «Chucho». En la práctica, el jugador comentó cómo entrenan los profesionales, cómo son las etapas, primero el «peloteo», luego el juego cruzado que es la base de cualquier partido del más alto nivel, etcétera. Todo dentro de un marco totalmente distendido amable con los espectadores. En su mayoría chicos. Y justamente, ellos fueron los beneficiados de una jornada que según el propio Acasuso, debería hacerse una vez al año.
