El lanzamiento será hoy, a las 21:30, en el bar «Ramirez» (Ivanoswki 1957). El artista Javier Chemes pudo reunir en «Trago de nada» dos libros de relatos en uno que, independientes el uno del otro, algunas versiones de las historias que se cuentan encuentran una resolución posible al pasar de un texto a otro.
Chemes comenzó su carrera artística de adolescente y siempre alternó la música y la literatura como parte de su propia existencia. A los 16 años comenzó a escribir poemas que con el tiempo fueron formando parte de un poemario privado que todavía no está terminado «porque es el género más difícil», contó Javier y añadió que su primer cuento data de 1984 «pero recién en el 2000 comencé a pensar en términos de publicación».
«Trago de nada» es el concepto que tomó prestado de una novela de Juan José Saer y que da nombre al libro que presentará esta noche, a partir de las 21:30, en el bar y restó «Ramírez», frente a la Legislatura provincial.
La publicación forma parte de la Colección Nueva Narrativa de la Editorial Universitaria Misiones y reúne a «La vuelta manzana», escrito entre el 2000 y el 2003, y «El plagio» de factura más reciente. «Son relatos y por momento toma forma de cuentos, en el sentido clásico del término, y puede ser leído como uno sólo», indicó Chemes.
Trago de nada
«El plagio» nació en el 2002 «mientras escribía La vuelta manzana y empecé a pensar en los tipos de narradores que intervendrían para continuar las historias que fueran necesarias», aclaró el docente e investigador universitario y agregó que en «El plagio» -el segundo de sus relatos- fue armado en la manera en que aparecieron los textos en el que ordené el caos, en el momento que decidí ponerle un punto para ubicar un posible final, pero los finales continúan en otras historias».
Cuando comenzó a dar forma a «La vuelta manzana», Chemes trató de poner en práctica un estilo propio de narración y «coquetear con el desorden para que se viera la búsqueda estética, pero también pensé en el lector», puntualizó.
Sin adelantar nada del trago que presentará esta noche, el libro todavía conserva ese olor a tinta fresca con que la nueva narrativa misionera comienza a definirse y encontrar sus estilos y tonos distintos.
