El director de Biodiversidad del ministerio de Ecología de Misiones, Ernesto Krauzuk dijo que la detección de un contrabando de insectos ocurrido en San Pedro tiene un antecedente en el 2.004, pero que no trascendió. En referencia al hecho ocurrido el pasado fin de semana, y en elcual actuó Gendarmería nacional con el Ministerio, sostuvo que se detuvo a dos chilenos que «compraban insectos a los niños de San Pedro», y fueron secuestrados 1.601 insectos de distintas variedades, valuados en 275.000 pesos.
Afirmó que «esto es para satisfacer la demanda de coleccionistas privados extranjeros que crían este tipo de animales, con diferentes objetivos.
Hay antecedentes del año 2.004, ocasión en que hubo un español que fue baleado en ese entonces por personas desconocidas en inmediaciones del parque Piñalito, en San Pedro. Eso pasó como un hecho penal simplemente, y no como un contrabando de este tipo de animales»,explicó el funcionario provincial en LT17.
Señaló que al parecer, «regularmente esta gente venía, se instalaban en San Pedro y colectaban en esta época cuando los insectos ya son adultos, para comercializarlos».
Aseguró que se trata de aficionados que tienen contactos internacionales para poder hacer este tipo de trabajos.
«La captura se da comprando los insectos a los chicos en la calle, que se apostaban en los faroles de luz en todo el área urbana de San Pedroy así les proveían», explicó.
Asimismo, comunicó que algunas especies valían más que otras, y según los comentarios se llegó a pagar hasta 150 pesos por un individuo de determinadas características. Generalmente los machos son más escasosy difíciles de encontrar, y son esos los que buscan, agregó Krauzuk.
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Señaló que no hay especies prohibidas, pero que para poder capturarlos y llevarlos a otropaís deben tener un permiso de investigación, y no fines de comercialización.
«Era vox populi que había personas comprando insectos, y eso llegó a oídos del Ministerio. Tenían una libreta en la que tenían insectos valuados hasta en 5.000 pesos. No era la primera vez que venían, enviaban vía correo postal a un museo de Chile, a modo de ofrecerlos para venderlos», expresó Krauzuk.
