Conservación y seguridad de obras de arte

La desaparición de tres pinturas del museo Yaparí puso en evidencia la falta de protección del patrimonio cultural y, al mismo tiempo, redescubrió su importancia. Entre las más de 240 pinturas y esculturas que componen la pinacoteca provincial, se encuentran cuadros de Castagnino, Soldi y Emilio centurión

Hasta octubre del año pasado, cuando se reinauguró el Museo Provincial de Bellas Artes «Juan Yaparí» de Posadas, las más de 240 obras de arte que componen la pinacoteca provincial no contaban con un espacio adecuado para su conservación.

La remodelación del viejo edificio de la calle Sarmiento 319, contempló un área destinada como depósito de pinturas y esculturas -en gabinetes donde se cuelgan en forma colectiva, bajo temperatura y humedad controlada y constantes- y otra destinada para la restauración y conservación. Las nuevas instalaciones del museo cuentan con un sistema de alarmas contra incendios, pero no se incorporaron los de seguridad y vigilancia de las salas y depósitos. Y eso quedó en evidencia el martes, cuando una empleada del museo le informó a la directora general de Patrimonio Cultural y Museos, Marisil Ceccarini, la desaparición de «Carnaval en Posadas», una obra de Areu Crespo de 1944; «Cabeza de Viejo», de Antonio Berni que data de 1956 -la más valiosa de las tres-, y «Bodegón» de la también titiritera misionera Mané Bernardo.

Conservación y seguridad

Hace unos años atrás, el por entonces director nacional de Museos del gobierno de Néstor Kirchner, Américo Castilla, llegó a la tierra colorada -por las restauraciones de las ruinas de San Ignacio y para conocer la obras incautadas en el puente internacional Roque González de Santa Cruz y que se conservan en el depósito del Banco Nación. En esa ocasión explicó que muchas veces desde Nación no se dona obras de artes a las provincias «para no ponerlas en un compromiso, ya que muchas de ellas no cuentan con espacios específicos para su conservación y seguridad».

La crítica de arte del diario Ámbito Financiero y curadora de la muestra de «Alto Paraná», Ana María Quijano, cuando en uno de sus viajes a Misiones quiso dar con una pintura que compone la serie «Rompecabezas», de 1967, de Jorge De la Vega, la encontró acopiada junto a otras en una de las habitaciones del antiguo edificio del museo. No sólo no se contaba con un espacio para el resguardo de las obras, sino que carecen de protección.

Valores

Entre las obras que componen la pinacoteca provincial se encuentran muchos trabajos de artistas misioneros y otros de renombre internacional, pero nunca fueron puestos en valor; es decir que no han sido tasado, por lo que el valor de las pinturas puede ser aproximado por referencia a trabajos similares subastados en distintas galerías del mundo.

Quijano indicó que la obra de Berni sustraída en el Yaparí, si bien es valiosa «no llega al millón de pesos o dólares, ni siquiera a los 10 mil, es un disparate. El cuadro de mayor valor subastado de Berni llegó a los 850 mil dólares», dijo Quijano e inmediatamente preguntó por el de Jorge De la Vega, una obra emblemática de la vanguardia del Río de la Plata de los años 60, que la semana pasada, en una subasta en Miami llegó a cotizar en 350 mil dólares.

Para que no se tenga que lamentar mayor daños a la cultura, debería destinarse un lugar seguro para las obras, y ese lugar podría ser el flamante Centro del Conocimiento.

Sustracción

Hasta ayer seguía el hermetismo en torno a las investigaciones realizadas por la polícia de la provincia. Por rutina, podría citarse a todo el personal afectado al museo para saber cuando fue la última vez que vieron los cuadros.

Por su parte, Marisil Ceccarini aseguró que «uno tiene que dar el ejemplo y me ofrecí para que me tomen las huellas y fui a hacer la denuncia en Criminalística horas antes se habían tomado todas las huellas del lugar».

La directora de Museos indicó que lo más importante es recuperar las piezas.

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