Denuncian a fundación que habría estafado a haitianos

Mariano Antón, titular del Inadi, confirmó que unos 40 estudiantes fueron engañados por una fundación y que en persona acompañó a los chicos a radicar la denuncia en la Fiscalía de Instrucción Nº3. El delegado en Misiones del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Mariano Antón, explicó en una radio local que «40 jóvenes haitianos que vinieron a la Argentina con la promesa de poder concretar sus estudios universitarios, en Misiones fueron estafados. Lo llamativo del caso es que los trajo una fundación, que supuestamente tenía un convenio con la Universidad Nacional de Misiones; pero muchos de ellos hace un año ya que están, y el convenio se suscribió recién ahora en septiembre de 2007». La denuncia está radicada en la Fiscalía de Instrucción Nº 3 de Posadas y la justicia busca al responsable de la organización que pergenó el acuerdo y no cumplió con lo pactado.

Antón explicó que «quienes constituyeron la fundación la radicaron acá en Misiones y les cobran un capital importante a las familias de estos chicos, que rondan los 3.000 a 5.000 dólares. Ellos se costean el pasaje a la Argentina y a Misiones. Y cuando llegan a Misiones empiezan a cursar las carreras universitarias pero resulta que no pueden rendir ninguna materia porque supuestamente sus papeles no están en orden, están en Argentina con visa de turista, lo cual hace que cada tres meses tengan que salir por el Paraguay y volver a ingresar, y la verdad es que han quedado muy abandonados, tanto por esta fundación, como que ellos se sienten desprotegidos en general porque no saben cuál va a ser su suerte futura».

Preocupado, dijo que los haitianos le informaron que están entrando otros chicos a Rosario con la misma promesa. «Muchos de estos chicos vinieron a Misiones con la promesa de que acá podían estudiar medicina, por ejemplo, o relaciones internacionales», añadió.

Engañados

Se pudo saber que la fundación «Fundglodu» se constituye con la finalidad de ayudar a «refugiados políticos de Haití». Al respecto, Antón explicó que desde la corporación «hablan de haitianos de ultramar, como que ellos están en contra del sistema político, y en realidad ellos son jóvenes de familias de clase media que, así como hay programas de familias que mandan a sus chicos a Estados Unidos a trabajar o estudiar y se paga para esa conexión, a esta fundación le pagaron para esta conexión, pero había sido que en Argentina no tenían armada ninguna estructura para contenerlos a ellos».

La fundación Fundglodu tiene domicilio constituido en Garupá y tiene algunos integrantes de su directorio misionero.

«Y como todo es muy confuso y como hay varias situaciones a investigar, ayer (por el viernes) yo los acompañé a ingresar una denuncia en la Fiscalía de Instrucción N°3 sobre estafas y otras defraudaciones, y lo que se pide es empezar a desenmascarar qué es lo que está pasando y quién va a dar respuestas a estos muchachos», sostuvo el titular del Inadi.

En la causa están colaborando la subsecretaria de Derechos Humanos, Amelia Báez, y personal de la Iglesia Luterana.

«Lo que vemos es que esta gente, esta fundación, les ha cobrado un dinero con una promesa. Es una estafa, por lo menos hasta que no se demuestre lo contrario. No hay manera, no puede ser que estos chicos no se puedan comunicar con este hombre, que está perfectamente identificado, no puede ser que nadie les dé respuestas acerca de su carácter de estudiantes», señaló Antón.

Por el momento

Mariano Antón señaló que el Inadi central tomó contacto con gente de los ministerios del Interior y de Derechos Humanos de la Nación y están dispuestos a darles respuestas. «A ellos (los chicos) también les costó pedir ayuda porque están en un país extraño, donde se saben diferentes, donde no saben en quién confiar porque obviamente, si una fundación que está avalada por un Estado, uno no puede desconfiar», agregó. Algunos de los haitianos están viviendo en los albergues de la universidad, algunos también reciben apoyo económico de sus padres. «Y por ahí se juntan y comen todos juntos. Y también reciben la mano solidaria de mucha gente que los va conociendo». Explicó que el negocio para la fundación en cuestión sería «redondo», ya que les cobran un capital importante a las familias de los chicos (entre 3.000 y 5.000 dólares) y no tienen gastos, ya que los mismos chicos se pagan el pasaje.

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