Siguiendo el mismo rumbo que la ex diputada provincial del MID, Fabiana Perié, la legisladora electa Mónica Alustiza, que integró la Cámara de Representantes que votó la expulsión con una firma falsa de Elsa Irene Garayo en el 2004, se deslindó de responsabilidades diciendo que no tiene nada que ver y que Garayo debería sindicar al responsable de la firma apócrifa para que se lo castigue. «Lo único que hicimos fue levantar la mano», se justificó.
Alustiza indicó que si hubiera pedido la palabra ese día y explicado lo que se dijo después «hubiera recuperado su banca ese mismo día».
La diputada electa aseguró en Radio Libertad que no pertenecía al grupo de Luis Viana, «nosotros aprobamos una renuncia que se presentó, yo no soy perito caligráfico». Además «no soy la que orquesté la situación. Lo que hice como legisladora era aprobar una renuncia que hasta ese momento era verdadera, y que nadie cuestionó».
Recordó que «el día que aceptamos la renuncia, la diputada Garayo no dijo una sola palabra. Lo que hizo fue sentarse en la banca del Frente Renovador y la rodearon los diputados. Debería haber afirmado a viva voz que, si es que había firmado, estaba arrepentida, y si no firmó, que era una firma falsa».
Alustiza estimó que la ex legisladora «estuvo mal asesorada por el abogado que tenía en ese momento».
«Me saco responsabilidad porque los diputados no tenemos por qué saber si era o no una firma trucha, cuando en el momento ella no dijo nada. Primero dijo que era de forma y de norma del PJ presentar la renuncia, y después dice que esa firma no era suya. Creo que lo que ella se da cuenta fue que eso no era lo que ella firmó», insistió.
Señaló que lo que la ex legisladora Garayo haga con el actual senador justicialista Luis Viana «es otra cuestión». «Pero creo que Viana no tiene por qué saber si era firma era o no trucha».
Para la diputada electa por el Frente Unión Popular la solución pasaría por que Garayo ubique «al responsable de la firma apócrifa, y esa es la persona
que tiene que ir presa».
