Ñú Porá: Dicen que el papá de la beba secuestrada habría pedido la tenencia a la madre

Carlos Maciel es vecino de Angela Eudosia, la mujer asesinada en la madrugada de ayer y a la que secuestraron a su beba de un mes, la recordó como una mujer muy amable. Dijo que las versiones sobre abogados punteros que marcan panzas de madres desamparadas crece día a día en Garupá. «Los vecinos acá nos sentimos en un total estado de abandono ante este horrendo hecho que ocurrió», expresó Carlos Maciel en FM Show.

Maciel vive a unos 50 metros de la precaria vivienda donde Angela fue asesinada de un balazo frente a sus cinco hijos, y recordó que en la madrugada de ayer una vecina escuchó los gritos desgarradores de la víctima, «pero cuando fue a ver ya se encontró con que la señora estaba muerta en la cama y la bebé no estaba».

El vecino comentó que la hija mayor tiene unos 9 años, y que solía ir a jugar con sus hijos. «Aparentemente estaba en un estado de shock, no habló, no dijo nada y no sé si después se recuperó», dijo.

Lamentó que los chicos hayan tenido que pasar por esa situación. «Dormían todos en la misma pieza. Era una señora sola, que perdió al marido en un accidente hace un par de años, y vivía con sus chicos de 9, 6, 5, 3 años y la bebé de 28 a 30 días», expresó.

Comentó que en algunas oportunidades el papá de la bebé vino a verla un par de veces y aparentemente «le habría pedido la beba. Nosotros nunca lo vimos. La nena una vez nos dijo que el papá de la bebé por ahí venía a visitarla».

Respecto a los comentarios de que una docente de la escuela en la que Angela trabajaba le habría sugerido que entregue en adopción a su beba, el vecino dijo «tengo entendido que la docente le ayudaba. No se si le sugirió, y si lo hizo fue de buena onda y no con intenciones de quitarle la beba».

Dijo que en Ñú Porá hay todo tipo de rumores, pero que lo cierto es que «era una señora de condición muy humilde, pero la verdad es que era muy buena, nunca la ví en nada raro, ella mandaba a los chicos a mi casa a comprar hielo y en más de una oportunidad vino a pedirme que le fíe un par de hielos y después venía y me pagaba, pedía disculpas, muy amable la señora, yo no tengo quejas de nada, y no escuché tampoco».

Los vecinos de Garupá temen ante las versiones de abogados punteros que «marcarían» las pancitas de madres desamparadas. Las versiones son muchas y se incrementan en el barrio con el paso de las horas.

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