Si algo le faltaba al fútbol misionero para cerrar un muy buen año en materia de resultados, lo consiguió el fin de semana.
A la muy buena campaña de Crucero del Norte en toda la temporada, la clasificación al Torneo del Interior en el Provincial de Umifu de Huracán y Bartolomé Mitre, logrando dos de las tres plazas de Misiones, se suman ahora los éxitos juveniles, piedra basal del futuro.
Es que la clasificación a las finales nacionales de sus respectivas categorías del Sub-15 y Sub-17 terminaron de ratificar la supremacía que tiene el balompié posadeño no sólo a nivel provincial sino también en la región, alcanzando el pasaporte por quinto año consecutivo para jugar esas instancias, dejando en el camino a combinados del noreste del país, como le tocó este año a Corrientes o en el pasado también a Chaco y Formosa.
Esto no es producto ya de la casualidad, sin dudas, las razones debemos buscarla en la capacidad individual, lo táctico y lo técnico de quienes juegan y dirigen, sin olvidarnos de los dirigentes, que conducen y saben elegir las cabezas de las selecciones.
Y a pesar de las críticas (muchas de ellas a veces totalmente justificadas) que se le hacen a la conducción de la Liga Posadeña, encarnada en Luis María Valdovinos, esta vez le deben dar la derecha al «hombre fuerte» que tiene el fútbol de esta zona en el consenso nacional, porque ha sido criterioso en un proceso que conoce muy bien y ha sabido escoger los técnicos con el perfil ideal para estar al mando.
Queda mucho por hacer y corregir, de eso podemos confeccionar una larga lista los que somos habituales seguidores de nuestro fútbol, pero el rumbo que se ordena desde la conducción parece ser el correcto. Al menos, los resultados le dan la razón…
