Abren una escuela para formar guías indígenas de turismo en Iguazú

Una comunidad indígena abrió esta semana, cerca de las cataratas del Iguazú, una escuela para formar a sus jóvenes como guías de turismo, hecho inédito para un pueblo que mantiene su tradicional estilo de vida en los últimos jirones de la selva paranaense.

Alumnos de la escuela para guías guaraníes de turismo posan frente a la escuela ubicada en la selva, cerca de las cataratas del Iguazú, en la provincia de Misiones, Argentina.

Alumnos de la escuela para guías guaraníes de turismo posan frente a la escuela ubicada en la selva, cerca de las cataratas del Iguazú, en la provincia de Misiones, Argentina.

«Los mbya guaraníes se preparan para autogestionar sus negocios turísticos», explicó a la AFP Claudio Salvador, coordinador del Modelo Argentino para Turismo y Empleo (MATE), que reúne el apoyo de la provincia argentina de Misiones y de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional.

La escuela empezó sus clases el lunes pasado con 16 alumnos en la selva de Yryapú, 20 kilómetros aguas abajo de las famosas cascadas que Argentina comparte con Brasil, foco de un millonario negocio turístico.

La comunidad Yryapú está formada por unos 300 de los más de 5.000 indígenas que viven en Misiones de la caza, la pesca, la recolección y algunos cultivos de subsistencia, y que ven degradado su hábitat y amenazada su cultura por el avance de la deforestación. «Ven que el turismo les permitirá enviar al mundo, a través de los visitantes, el mensaje de una cultura que representa y se identifica con la selva misionera», subrayó Salvador.

El MATE, un programa educativo y de inclusión social, fue elaborado por la escuela técnica pública ITEC de Puerto Iguazú junto con el colegio Niágara, en Ontario, Canadá, que hizo tareas similares con pueblos que se desarrollaron cerca de la otra gran catarata del continente americano, en el río Niágara.

La comunidad Yryapú ya recibe turistas a los que ofrece artesanía y un recorrido por la selva, pero en contingentes organizados por empresas y sin participación indígena en el diseño de las visitas. «En la región no existe el turismo étnico ni mucho menos el turismo cultural indígena. Por eso los jóvenes mbya de ambos sexos se capacitarán aquí, más que como guías, como intérpretes del patrimonio natural y cultural de su pueblo», dijo el coordinador del MATE.

La escuela ofrecerá una educación intercultural, con docentes del ITEC y «personas sabias» de la comunidad indígena, para que los alumnos integren conocimientos científicos con la sabiduría ancestral de su pueblo.

La lista de alumnos está abierta a miembros de las 70 comunidades mbya de Misiones e incluye a dos jóvenes provenientes de Kiritó Pindó, Paraguay, cuyo mensaje ya no es un alerta por las amenazas sobre el bosque subtropical húmedo sino que parece el grito de auxilio de auténticos náufragos ambientales. «En nuestro lugar no hay más selva y tenemos que viajar en autobús para trabajar afuera, para otros», dijo Miguel Anastasio, alumno ahora esperanzado con el turismo.

La población indígena de Misiones desciende de los grupos que nunca fueron sometidos por los conquistadores españoles ni reducidos por los misioneros jesuitas y, por ende, nunca se convirtieron al cristianismo. Entre los siglos XVI y XVIII, los sacerdotes de la Compañía de Jesús alcanzaron un gran predicamento entre la población originaria de la región, y llegaron a fundar y gobernar 30 pueblos con más de 100.000 habitantes en total.

Con la expulsión de los jesuitas de los territorios españoles en 1768, esos pueblos se arruinaron rápidamente. En consecuencia, los pobladores nativos, que allí habían aprendido oficios, técnicas agrícolas y el idioma al tiempo que abrazaban el catolicismo, se dispersaron en el entramado de la sociedad colonial de la que en 1810 emergió Argentina.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas