Emoción y reconocimiento para el padre Francisco Vogel

El sacerdote verbista fue despedido ayer por la comunidad a la que sirvió de ejemplo de vida y enseñanza.

El último adiós. Más de un centenar de personas despidieron los restos del padre Francisco Vogel, en el predio de Fátima

El último adiós. Más de un centenar de personas despidieron los restos del padre Francisco Vogel, en el predio de Fátima

[su_note note_color=»#cdcdcd»]Más de un centenar de fieles, amigos y familiares despidieron los restos del padre Vogel[/su_note]Dolor y alegría. Esas dos sensaciones se vivieron ayer en la parroquia Virgen de Fátima en el sepelio del padre Francisco Vogel. El religioso miembro de la congregación Misioneros del Verbo Divino, fue despedido por más de un centenar de fieles que reconocieron su labor y su vocación de servicio. Sus hermanos del sacerdocio se comprometieron a seguir con su trabajo solidario e invitaron a los que quieran sumarse en tan generosa labor.

La misa concelebrada para dar el último adiós al padre comenzó puntualmente a las 10 de ayer en la capilla de Fátima. Sólo estuvo ausente con aviso el Obispo de la Diócesis de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez porque debía asistir a la asunción de su par en Santo Tomé.

La tristeza tuvo una reflexión diferente, recordando la ilustre vida de un religioso que supo atender las cuestiones espirituales y dar una mano a los más necesitados. El valor, la frontalidad, la entrega y su interminable peregrinar con los más humildes fueron las cualidades que se nombraron al hablar del sacerdote.

«El padre logró reunir en su travesía 262 mil pañales y entregar miles de rosarios para que la oración esté siempre presente. Nos preguntaban ayer quien iba a continuar con la posta de su labor y respondimos que todos podemos hacerlo desde nuestro lugar y como acto de amor», decía el padre Alberto Klein, superior de los misioneros del Verbo Divino en la homilía.

Otro de los que pronunció unas palabras de despedida fue el vicario de la Catedral, Víctor Arendhart quien recordó la permanente colaboración del padre Vogel a quien definió como un rebelde obediente que expresaba su opinión pero que siempre respetaba la autoridad.

El padre Vogel descansa en el cementerio de Fátima junto a sus otros hermanos de ruta, los misioneros del Verbo Divino que ya gozan de la paz eterna.

Amor a la vida

Una de las cuestiones que más se nombró ayer ante la despedida de tan querido miembro de la Iglesia católica fue la entrega y el amor a la vida. El padre Francisco Vogel oriundo de Capioví, falleció a los 82 años. La semana pasada cumplió 55 años de sacerdote y era reconocido en la sociedad posadeña por ser el padre «de los pañales». Es que los últimos años se dedicaba a recolectar dinero para comprar pañales para los niños del hospital de Pediatría.

También ofició de profesor de Derecho Eclesiástico y se perfeccionó en Roma pero los que lo conocían aseguran que su legado solidario es el mayor fruto de su obra.

«El supo aprovechar el don de la vitalidad y lo demostró en cada acto porque encontró al Señor y eso le dio sentido a su vida», dijo el padre Alberto Klein al recordarlo.

No por nada el salmo preferido del padre Vogel era el número 22 que dice » el Señor es mi Pastor, nada me puede faltar, en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas».

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