Cumplió 55 años al servicio de Dios y de los necesitados

Es el padre Francisco Vogel quien a pesar de su edad continúa firme en su labor solidaria de proveer pañales y ropa para el hospital Madariaga.

Mucho para contar. Su labor solidaria lo mantiene con una sonrisa en el rostro.

Mucho para contar. Su labor solidaria lo mantiene con una sonrisa en el rostro.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]“Me dedico al hospital como voluntario hace doce años. Trabajo para los enfermos”[/su_note]Con sus 82 años, hablar pausado y peinando canas, el presbítero Francisco Vogel está cumpliendo 55 años de sacerdote.

El religioso nació en Capioví. Con tan sólo 11 años, en barco desde Puerto Rico viajó a Posadas para estudiar en el seminario menor. En Buenos Aires se formó para sacerdote, y a los 27 años, en 1952, recibió la ordenación. «Me mandaron a Roma sin preguntarme si quería ir o no. Allí estudié doctorado en derecho eclesiástico. Después volví a enseñar a Buenos Aires. Dediqué mi vida a enseñar derecho eclesiástico», recordó el padre. «Y cuando ya me cansé de todo, pedí traslado a mi provincia y aquí estoy», resumió. Su regreso se dio hace casi 14 años.

Lo postularon en Roma para el cargo de Procurador General de la Congregación del Verbo Divino, que tiene 6.100 personas. Y no aceptó estar en el Vaticano.

«Actualmente me dedico al hospital como voluntario hace doce años y hago mi vida a mi manera porque soy libre, no tengo un compromiso así oficial, ni nombramiento, ni sueldo, nada. Y trabajo por los enfermos, a juntar dinero para comprar cosas para los chicos. Porque los chicos cuando ven regalitos se alegran, es como que la enfermedad se le hace más suave», comentó el religioso.

De lo que recauda compra pañales para los chicos del nosocomio. «Hago campañas por los pañales. Este verano coloqué 9.000 almanaques bíblicos en los comercios de Posadas. Y con el dinero que da compro pañales. Ya compramos 262.000 pañales y regalé más de 70.000 rosarios. Los rosarios se venden también, pero yo siempre regalo, y la gente me da el dinero para que compre cosas. Entonces es fácil», dijo agradecido. También asiste a familias pobres, porque le acercan constantemente inquietudes y necesidades.

Solidaridad

Su costumbre de visitar hospitales la adoptó en Buenos Aires, «allí veo la necesidad de la gente, que comienzan a hablarme, a pedirme cosas, pañales, ropas. Primero inicié la campaña de los rosarios por iniciativa propia como un regalo religioso, y después me di cuenta de que a la gente le gustaba. Tal es así que había una mamá con diez chicos y me pedían diez rosarios, y yo le decía que era uno por familia», dijo.

«Este trabajo me da vida, me gusta. Y lo que me encanta es que la gente de Posadas conmigo es generosa y anónima. Yo no los conozco. Ellos porque me conocen a mí creen que los identifico. Los veo en la misa, y después vienen y meten su mano en mi alcancía. Y me han dado desde 5 centavos a billetes de 100 dólares. Y me ayudan mucho. Ya compre muchas cosas», expresó el religioso.

Entre sus obras caritativas, Vogel adquirió y repartió entre los necesitados unas 15.000 remeras, fácilmente, para los chicos internados.

«Todos los meses los chicos del hospital reciben remeras. Hay entre 70 y 80 chicos. Yo voy cama por cama, los visito, les doy alguna cosita. Igual en maternidad, que paso por las 83 camas y hablo con las mamás en los consultorios, bendigo las panzas», relató.

Balance

«No hago proyectos futuros. Trabajo en el presente, hago campañas para que la gente generosa meta la mano en mi alcancía y lo hacen muy bien», reflexionó.

«Los 55 años pasaron con mucho trabajo y me siento bien, gracias a Dios. El trabajo es la vía principal de satisfacción que tengo, el poder ayudar a la gente que está peor que yo. Hay chicos tan pequeños con leucemia, problemas de salud. Me siento misionero para hacer esa tarea. Aparte, Jesús dijo «yo estuve enfermo y viniste a verme». El enfermo merece siempre una atención de delicadeza», dijo resaltando la palabra de la Biblia como eje fundamental de su vida de pastor de la Iglesia.

La música

«En mis 55 años con el sacerdocio en primer lugar doy gracias a Dios porque me gusta la vocación que tengo. Nunca me arrepentí», afirmó. «Tuve momentos pesados, difíciles, muchos dolores de cabeza, pesadillas. Pero hay que estar también. Estuve 15 años enseñando. Fui traductor de textos, enseñé música también, y era cansador», recordó.

Vogel comenzó de chico a tocar la armónica. Después en el seminario se dedicó al violín, y formaron una orquesta. «A los 15 años comencé a tocar los instrumentos en la iglesia en todas las misas. Ahora, aunque tengo muchos instrumentos, a lo sumo toco la armónica. Antes me dedicaba full time. Dirigía tres coros distintos», rememoró.

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