Claves para lograr la equidad social, según el obispo Rubén Martínez

El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, aseguró que «la atención a la salud y la educación son y serán espacios claves para reducir algunos índices que siguen siendo alarmantes y que revelan que si bien en algunos aspectos hubo crecimiento económico, aún está en deuda la equidad social». Tras lamentar que «el proceso de madurez cívica en nuestra Patria, tanto el mejoramiento de la calidad de nuestras instituciones, como nuestra misma democracia, ha sido muy lento», consideró que «Misiones ha vivido con intensidad el reclamo de la necesidad que ‘la ley esté por sobre el poder’, rechazando en la actualidad y en el futuro toda forma de poder hegemónico».

El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, ofrece a sus lectores el texto completo de esta cuarta cuaresmal de monseñor Martínez.

«Durante estos 50 años el crecimiento y la vitalidad de la Provincia, su ubicación en un nuevo contexto político y social, la geografía de Misiones con 90 % de límites con Paraguay y Brasil, le fueron dando una fisonomía original. En estas notas rápidas sobre nuestra realidad, no podemos dejar de tener en cuenta el crecimiento demográfico que es uno de los más altos del País. A este proceso dinámico y de cambios se suman transformaciones urbanas como la de la ciudad de Posadas, ligadas a las grandes obras hidroeléctricas, con relocalizaciones y la consecuente reformulación de la situación cultural, social y económica. También las zonas rurales han experimentado la presencia de concentraciones de tierras y la emigración del campo a las ciudades.

«Todo esto fue complejizando y generando nuevos problemas estructurales a resolver. La atención a la salud y la educación son y serán espacios claves para reducir algunos índices que siguen siendo alarmantes y que revelan que si bien en algunos aspectos hubo crecimiento económico, aún está en deuda la equidad social. El circuito que genera la desnutrición de miles de niños dañan el futuro de nuestra Provincia. Un niño desnutrido está destinado a la mortalidad infantil, o bien a ser un marginado social, porque tendrá dificultades para recibir educación y para sobrevivir en una sociedad cada vez más exigente, a veces despiadada y competitiva.

Madurez cívica

«Lamentablemente el proceso de madurez cívica en nuestra Patria, tanto el mejoramiento de la calidad de nuestras instituciones, como nuestra misma democracia, ha sido muy lento. Misiones ha vivido con intensidad el reclamo de la necesidad que «la ley esté por sobre el poder», rechazando en la actualidad y en el fututo toda forma de poder hegemónico. Este camino de compromiso en la conciencia ciudadana y en la inclusión social serán un desafío a profundizar para los cristianos y para toda la gente de recta conciencia.

«Desde ya que esta realidad tan vital, heterogénea y de crecimiento poblacional generan nuevos desafíos pastorales y muchas veces nos hacen sentir insuficientes en las respuestas que como pueblo de Dios vamos generando. Al asumir la Diócesis, en marzo de 2001, manifesté que me sumaba a este proceso que vivimos de una Iglesia misionada, diocesana y misionera.

«Desde hace siglos, por gracia de Dios, hemos contado con la presencia de misioneros que de lugares muy distantes han venido a evangelizarnos. La creación de la Diócesis ha significado la necesidad de armar la Iglesia diocesana, proceso en el que después de 50 años aún estamos. La creación de nuestro Seminario Mayor «Santo Cura de Ars», donde se forman jóvenes llamados al sacerdocio, de las diócesis de Iguazú, Santo Tomé y Posadas, es una de las respuestas claves para proveer los pastores que el pueblo de Dios necesita.

«La acentuación en estos años de la eclesiología de comunión, nos fueron haciendo tomar mayor conciencia de nuestra condición de pueblo de Dios. Así como la profundización en una mayor pastoral orgánica. El Sínodo que celebraremos expresará este camino de comunión y proyección, que queremos tener como Iglesia.»No dejamos de «soñar como diócesis» en ser una Iglesia «misionera», que pueda enviar laicos y sacerdotes a prestar servicios a otras Diócesis hermanas. De hecho ya lo hemos empezado a experimentar con el envío de nuestro primer misionero laico a la Diócesis de Xai-Xai, en Mozambique. Pero somos concientes que en este momento podríamos crear más de 15 parroquias nuevas y no lo podemos hacer por falta de sacerdotes y de infraestructuras».

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