Junto a Tucumán, Chaco, Jujuy y Formosa se logró descender los índices de repitencia del 11,7 al 3,9% promedio en la escuela primaria, a través de un plan para alumnos auspiciado por Unicef Argentina.
Modelo a seguir. La experiencia misionera fue presentada en el Congreso como ejemplo para otras regiones del país.
[su_note note_color=»#cdcdcd»]La titular de Unicef, Elena Duro, resaltó la iniciativa de luchar contra el fracaso escolar[/su_note]Misiones junto a Tucumán, Chaco, Jujuy y Formosa lograron descender sus índices de repitencia del 11,7 al 3,9 por ciento promedio en la escuela primaria, a través de un plan para alumnos con bajo rendimiento, que impide que aumente el ausentismo y la deserción. Técnicos del área de educación de la provincia presentaron la experiencia – en el Congreso de la Nación – que captó el interés de otras provincias donde el flagelo de la repitencia, la sobreedad y la deserción hacen estragos.
La titular del área Educación de Unicef Argentina, Elena Duro, que respaldó el programa, comentó que la iniciativa que aplican desde 2004 Chaco, Jujuy, Misiones y Tucumán y desde 2006 Formosa, apunta a «luchar contra el fracaso escolar, a través de los gobiernos provinciales que dan capacitación y formación docente en alfabetización, lengua y cálculos matemáticos».
«Uno de los aspectos más importantes del programa es que elimina la idea de la repitencia como una estrategia de la escuela para atender las fallas en el aprendizaje», destacó Duro y agregó que «destina un mismo maestro para todos los alumnos, los que tienen problemas y aquellos que necesitan una promoción asistida en lengua y matemática».
«La repitencia, no sólo produce un grave daño en el niño en la construcción de la autoestima, dado que siente que fracasa como alumno ante su maestro y también como hijo, sino también provoca al Estado y al sistema educativo una pérdida de 800 millones de pesos», sostuvo Irene Kit, responsable del programa «Todos pueden aprender» que involucró a 30 mil alumnos y 1.200 docentes y que se presentó ayer en el Congreso de la Nación.
Mauricio Maidana, coordinador provincial del programa, se mostró conforme con las repercusiones de un trabajo que sentó presedentes y que «pasó de ser algo esporádico a una variable constante».
Cifras a tener en cuenta
«Hay que evitar que los alumnos lleguen al inicio de la escuela secundaria con el estigma externo de la sobreedad», sostuvo Kit en relación a los efectos de hacer repetir a niños y jóvenes. Acerca de los resultados directos de la experiencia en las cinco provincias, Kit detalló que la repetición del primer ciclo -primer grado a noveno- bajó del 11,7 al 3,9 por ciento. También que la cantidad de alumnos con sobreedad en primer y segundo grado primario bajo de 5.535 en 2002 a 2.628 en 2006.
En tanto la proporción de alumnos que terminan el primer grado con avances en su proceso alfabetizador pasó del 58,1 por ciento en 2004 a 79,9 por ciento en 2006. De 1.500 alumnos que terminaron en 2004 en primer grado con escasos o nulos avances, con la promoción asistida 1.300 de ellos pasaron de nivel.
Con dos previas
Ada Perié, directora de Enseñanza Polimodal del Consejo General de Educación de la Provincia comentó que no hay inconvenientes con la resolución que permite que los alumnos del noveno año de la EGB pasen al primero Polimodal con dos materias. Las previas están contempladas en la nueva ley y que se pretende – según la funcionaria – es igualar las posibilidades de todos los alumnos que cursan la escuela media.
Por otro lado comentó que la norma escrita está llegando a los establecimientos educativos y que no da lugar a equívocos dado que en su artículo primero establece que se autoriza a las escuelas a inscribir a todos los alumnos del noveno de la EGB aún si adeuden dos espacios curriculares.
El viernes pasado el presidente del Consejo, Miguel Molina sostuvo que «lo que se hace es utilizar el mecanismo que regía en la secundaria donde los chicos podían pasar de año con dos previas» y que la medida está contemplada en el sistema vigente.
