Industriales condicionan el mantenimiento del valor de la materia prima a un aumento en los precios finales

El representante de la molinería en el Inym, Miguel Sniechowski, aseguró que el sector trabaja a quebranto porque la Nación le impide trasladar a sus precios las subas que registró la hoja verde. Argumentan que si no aumenta el precio a salida de molino no podrán pagar los valores actuales por la canchada [su_note note_color=»#cdcdcd»]El reacomodamiento de los precios del sector yerbatero comenzó con la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate [/su_note]Representantes de la industria yerbatera aseguran que la rentabilidad del sector actualmente es negativa porque mientras los costos de producción registraron fuertes aumentos, los precios de venta al público del producto se incrementaron mucho menos y buena parte de ese aumento se quedó en manos de los supermercados. Indicaron que las exportaciones todavía no llegan a niveles significativos. Consideran que si no sube el precio final o no se consiguen subsidios, habría que retrotraer el valor de la materia prima a los precios anteriores a la última concertación.

El director de la molinería en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym), Miguel Sniechowski, explicó que «el sector se encuentra ‘entre la espada y la pared’: por un lado tenemos a la política de control de precios de la Nación que impide aumentar los valores de venta al público y por el otro, la política de la Provincia que presiona para que mejoren los ingresos de los productores, lo que aumenta nuestros costos».

Según el empresario, estas políticas -a las que calificó como contradictorias- afectaron la rentabilidad del sector al punto que las empresas que no están integradas (es decir que no producen ni secan) y pagan los valores que indica la ley, están «trabajando a pérdida». Indicó que la situación todavía no sintió en su real magnitud porque la mayoría de los molinos está procesando materia prima comprada antes de la última concertación que elevó de 62 a 68 centavos el valor de la hoja verde.

Teniendo en cuenta esta situación estimó que «si no se puede trasladar a los precios finales los últimos aumentos en la canchada y la hoja verde, habría que retrotraer los valores de la materia prima a los anteriores a la última concertación».

El dirigente empresario consideró que otra de las soluciones sería obtener un subsidio para financiar los mayores costos de la materia prima, «tal como lo hacen la mayoría de las industrias del país», indicó Sniechowski.

Otra salida, según el empresario, sería aumentar las exportaciones ya que generan mayor ganancia que las ventas al mercado interno. Destacó que en el último año las ventas al exterior aumentó solamente un 3,5 por ciento en cantidad de toneladas.

Rentabilidad en jaque

Para entender los argumentos del sector industrial yerbatero, vale destacar que en los últimos cuatro años y medio, el precio de la canchada aumentó 270 por ciento mientras que el valor de los paquetes puestos en góndola lo hicieron sólo un 81 por ciento. De estos datos se deduce que en ese período, los principales costos variables de la molinería se incrementaron más del triple de lo que lo hicieron sus ingresos por cantidad de yerba vendida.

El reacomodamiento de los precios del sector yerbatero comenzó con la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym). Como resultado de la primera concertación de precios de este organismo, realizada en agosto de 2002, se fijó en 0,135 pesos por kilo el precio mínimo para la hoja verde puesta en secadero y 0,5 pesos el de la canchada puesta en molino. Luego de varios ajustes, la última lista de valores acordada en agosto del año pasado, fijó 0,48 pesos el precio de la hoja verde y 1,85 el de la canchada, lo que en el primer caso significó un aumento de 256 por ciento -156,5 si se resta el componente inflacionario- para el producto primario y una suba de 270 por ciento -168 libre de inflación- para el producto semi elaborado.

Por otra parte, el precio de venta final de los paquetes de yerba, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), registró un incremento de 81 por ciento -23 por ciento si se resta la inflación- en el mismo período de tiempo.

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