El martes, a las 21, en «La Payana» el grupo Ton y Son compartió un ensayo general con público e invitados. En el marco del Programa de Educación Tributaria de la Afip y el INT Esta «Suerte de alcancía» es, físicamente, una caja gigante, mezcla de cajero automático y galera de mago, donde los contribuyentes -una vez que han hecho sus aportes- pueden ver o participar de las inversiones que se hacen con «el ahorro para todos».
El nuevo proyecto del grupo local Ton y Son pone en escena la obra de Héctor Juan Presa, ganadora del primer premio del octavo Concurso Nacional de Dramaturgia organizado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) y el Instituto Nacional de Teatro (INT), en el marco del Programa de Educación Tributaria «Tributo en escena atributos de un país solidario». La pieza será representada en diferentes zonas del país y está pensada para la población escolar de la provincia de Misiones.
Ahorro para todos
Desde atrás de tres biombos verdes móviles salen tres obreros e instalan en el baño de una casa esa suerte de alcancía, donde las personas hacen sus aportes y tienen la posibilidad, a través de las opciones de un control remoto, de ver en qué se invierte el dinero que ingresa al erario público. Salud, Educación, Seguridad y Sorpresa son las alternativas que cada contribuyente puede elegir; claro, siempre está el que no cree que esos ahorros van a parar a buen puerto, y es motivo suficiente para no aportar.
Walter Aranda, Gricelda y Rossana Rinaldi y Raúl Ortega, comandados por Iván Moschner, son los responsables de dar vida a una serie de historias que surgen a partir de que los contribuyentes comprueban, a través de esa suerte de alcancía, en que se destina la plata que ellos aportan.
La fábula
Así, las historias se presentan como fábulas donde no falta el humor y los personajes grotescos. La primera transcurre en el Hospital Buenas Manos, allí llega un futbolista atropellado y es atendido por las doctoras Pérez y Pardo.
«Ahorre y pruebe» parece ser el slogan utilizado para convencer al viejo descreído que se muere de ganas de ver que sucede dentro de esa caja electrónica, pero sin aportar un peso. La segunda opción hace referencia a la educación y la anécdota se traslada a las afueras de la Escuela Nº 1, donde una maestra tienta con comida, libros y guardapolvo a un «chico de la calle» que se gana la vida limpiando parabrisas en vez de estudiar y, la tercera, se refiere a la seguridad de las personas y sus bienes.
Pero qué sucede cuando esa «suerte de alcancía» se queda sin aportes. Un interrogante que podrá develarse el sábado 17 de febrero cuando se estrene oficialmente esta nueva propuesta de Ton y Son que combina educación tributaria, humor y conciencia solidaria.
