Preocupación en el sector forestal por la falta de materia prima

La escasez actual se debe a un mayor consumo no previsto, sumado a las bajas tasas de plantación de décadas pasadas y, especialmente, «por haberse eliminado el sistema de promoción forestal a principios de los 90, con problemas que se extendieron hasta 1996. Ahora el sistema está en crisis y es necesario cambios en la gestión forestal de la Secretaría de Agricultura para que no continúe destruyendo el modelo de desarrollo basado en miles de pequeños productores», señalaron desde Afome. Desde la Asociación Forestal Mesopotámica (Afome) sostienen que es «real la escasez actual de materia prima» en la provincia, debido a un mayor consumo no previsto, sumado a las bajas tasas de plantación de décadas pasadas y, especialmente, «por haberse eliminado la promoción a principios de los ’90, con efectos negativos que superan el período en cuestión (de 1990 a 1992), sino que se extienden desde 1987 hasta 1996», señalaron desde la entidad.

«Es fundamental tener en cuenta estos datos al realizar las evaluaciones», sostienen desde Afome, y agregaron que «así la nefasta gestión de (la ex directora de Forestación, Ester) Malacari no solamente afectó las tres campañas que abarcó, sino que afectó negativamente cuatro campañas hacia atrás y, sin dudas, por lo menos la actual y la 2008».

En cuanto a la situación de los productores forestales, señalaron que es necesario analizarlo por región y categoría, «de esta manera, en Misiones debido a la yerba mate y otros, hay una cultura sobre cultivos perennes, por eso, gracias a la ayuda del Estado nacional promocionando las nuevas plantaciones forestales a través de incentivos no reintegrables, se desarrolló una gran masa forestal en manos de miles de pequeños y medianos productores, que se sumaron a los de grandes firmas nacionales, a tal punto que los aserraderos en su mayoría carecían de plantaciones propias».

En ese sentido también señalaron que las fábricas de celulosa se abastecían en gran parte de la producción de cientos o miles de productores, «como Papel Misionero que tenía un registro de unos 750 abastecedores de materia prima, y hoy no llega ni a la mitad de esa cifra».

Crisis del sistema

Para Afome «esto se empezó a modificar en los ’90, cuando se eliminó el IFONA, se dejó de promocionar las forestaciones, los productores dejaron de plantar (no pueden cubrir financieramente sin ayuda estatal el lapso de 15 ó 20 años entre la plantación y la cosecha) y se empezó a extranjerizar la producción primaria e industrial».

«Algunos funcionarios se dieron cuenta del error y por decreto se volvió a promocionar las forestaciones», agregaron, y explicaron que «se tardó 10 años en recuperar los niveles de plantación de 1988 (en 1997) pero ya con miles de hectáreas que eran forestadas por empresas extranjeras. El sistema entró en crisis a mediados de 2001 y lo empezamos a recuperar a principios de 2003, luego de una acción directa de Hilda González de Duhalde y la entrevista que tuvimos con el entonces ministro (de Economía, Roberto) Lavagna». «Desgraciadamente, por las internas del actual gobierno nacional, y la nefasta gestión del secretario de Agricultura, Miguel Campos, a pesar de haber recursos, la Nación está haciendo todo lo contrario a lo prometido en la campaña política y por inutilidad, soberbia e incapacidad, y el ‘dejar pasar’ de los gobernantes locales (para ‘no chocar’ contra la autoridad de aplicación), se está destruyendo un modelo de desarrollo forestal basado en la producción de miles de pequeños y medianos productores».

Destrucción del modelo

De esta manera, desde la Asociación Forestal Mesopotámica hicieron un amplio análisis sobre la realidad del sector, centrándose en la situación del pequeño productor minifundista, de los cuales abundaron en Misiones al inicio del sistema de promoción forestal, el cual consideran que en la actualidad «está destruido».

«Con los planes asociativos se había logrado insertar a miles de micro-productores (en general tabacaleros) en la actividad forestal, así se forestaron miles de hectáreas a través del Inta, cooperativas, asociaciones y algunos Municipios, pero por la cuestión política, primero en 1996 y luego entre 2000 y 2001 se destruyó el sistema, con muchos culpables y del más variado color político».

En este marco, señalaron que «el Plan Pequeño Silvicultor –iniciativa impulsada por la Subsecretaría de Bosques del gobierno de Misiones- fue un intento de recuperar algo de lo perdido, pero sería mejor centrar esfuerzos en castigar a los responsables de los planes truchos y de los anticipos mal gastados, entre otras irregularidades. Recordamos que solamente los viveristas perdieron entre 8 y 12 millones de pesos en plantines que entregaron en las campañas 2000 y 2001 y nunca pudieron cobrar».

Asimismo, explicaron con desaliento que en la actualidad «no se está pagando el incentivo –comprendido en la Ley 25.080 de Inversiones para Bosques Cultivados-, ni siquiera los anticipos de los planes asociativos de la campaña 2006, entonces el pequeño forestador deja de plantar. Además, hay premisas básicas que respetar: no ‘investigar’ a costa del pequeño productor promoviendo especies o sistemas productivos no probadas previamente; no promover especies sin utilidad económica o ecológica, en suelos o sitios no aptos; entender que sale más barato preservar el bosque y ofrecer alternativas productivas que reforestar con especies nativas sobre suelos degradados, etcétera».

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