La ONU advirtió que el cambio climático pone en riesgo a la salud

El aumento de la temperatura, la humedad, la lluvia y el nivel del mar son factores que influyen en el recrudecimiento de enfermedades como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla y el mal de Chagas Según un informe de Clarín, no existen dudas: el cambio climático mundial provocará numerosos efectos en la salud humana. Y lo que ya aseguran también los científicos es que los efectos negativos superarán a los positivos. Una de las consecuencias de esta locura climática es que aumentarán las enfermedades. Incluso volverán algunas ya erradicadas.

El tema es todo un desafío. Lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último informe sobre Cambio Climático y Salud Humana: «El sistema climático mundial integra los complejos procesos que mantienen la vida. El clima y el tiempo siempre han repercutido mucho en la salud y el bienestar de los seres humanos, pero, al igual que otros grandes sistemas naturales, el climático está empezando a sufrir la presión de las actividades humanas. Este cambio global es un nuevo reto para las actuales iniciativas encaminadas para proteger la salud».

La OMS ya estimó en 2002 que este fenómeno había sido responsable del 2,4% de los casos de diarrea en el mundo y del 6% de los casos de paludismo.

El científico argentino Osvaldo Canziani, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), da cuenta de las evaluaciones de su grupo de trabajo: «Los impactos en la salud serán más negativos que positivos. Algunos cambios serán resultado de modificaciones en las frecuencias e intensidades de los extremos de calor y frío, de inundaciones y sequías. También afectará los sistemas ecológico y social, dando lugar a enfermedades infecciosas, produciendo cambios en la producción de alimentos y la adecuación nutricional, concentraciones de contaminantes del aire, además de consecuencias para la salud derivadas de desplazamientos de poblaciones. Además, la intensificación de las olas de calor acrecentará el riesgo de mortalidad en ancianos y poblaciones de menos recursos».

Entre los factores que afectarán la transmisión de enfermedades infecciosas como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, el paludismo y el Chagas están el aumento de la temperatura, la humedad, las lluvias y el nivel del mar. Estos factores podrían no sólo conducir a la extensión del área de influencia de estas enfermedades sino también aumentar la importancia de sus brotes.

Edgardo Marcos, subdirector del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, explica algunas de las razones del regreso de enfermedades emergentes vinculadas con el cambio climático: «Las altas temperaturas y el aumento de lluvias favorecen la reproducción de mosquitos, que son los vectores que transmiten las enfermedades infecciosas». Da el ejemplo del dengue, que fue desterrado en el 50 y volvió en el 98. «El dengue comenzó en Jujuy, después llegó a Misiones y ahora está en todo el norte del país, donde ya se considera endémica», dice Marcos.

También habla de la enfermedad del Nilo Occidental: «Era exótica en toda América hasta que en el 99 aparecieron aves muertas en el Central Park de Nueva York. Ahora no sólo está en todo los Estados Unidos sino que la enfermedad llegó a Argentina, donde hubo casos de humanos en Córdoba y caballos de San Antonio de Areco». Otro ejemplo por el estilo es la encefalitis de San Luis: Argentina pasó de ser país libre a tener casos en 2006.

¿En unos años el dengue, la fiebre amarilla o la malaria se instalarán en Buenos Aires?

«Afirmarlo sería hacer futurología. Pero sí existen los riesgos, ya que lo que seguramente va a ocurrir es que se extienda el período de presencia de los mosquitos por el aumento de lluvias y temperatura», explica Marcos.

Si bien la capacidad científica para predecir y trazar modelos de los efectos en la salud sigue evolucionando, aún no es posible precisar y localizar proyecciones para muchas enfermedades. Sin embargo, es prioritario mejorar la infraestructura de salud pública y desarrollar medidas de adaptación. Así opina Leónidas Girardin, especialista en economía del cambio climático global: «Sí, es un problema de mucha plata, pero hay que planificar e invertir ahora porque después va a salir mucho más caro».

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