Iniciaron la construcción del primer frigorífico para pescado misionero

La iniciativa es de la Cooperativa Cainguas, en conjunto con su par de Dos de Mayo. Procesará 60 mil kilos de pescado mensuales con destino al mercado interno provincial. El emprendimiento es modelo de economía social En el marco de un emprendimiento de la Cooperativa de Electricidad Cainguás limitada, de Aristóbulo del Valle, en sociedad con la Cooperativa Agua y Energía de Dos de Mayo, se inició la construcción de la primera planta de faenamiento, frigorífico y planta de packing para carne de pescado de la provincia, que completarán así el proyecto «pescado fresco cooperativo» iniciado el año pasado por ambas entidades con aportes del Instituto Nacional de Cooperativismo y Economía Social (INAES).

En Dos de Mayo ya se iniciaron los trabajos de construcción de 4 tajamares y 200 celdas flotantes para criar alevinos y su posterior engorde, pero las tareas se completarán en Aristóbulo con la faena de los peces y su posterior puesta a punto para la comercialización comercialización en toda la provincia.

«Somos conscientes de que el proyecto es verdaderamente ambicioso, pero lo hacemos porque es una materia que teníamos pendiente. Por eso compramos el predio donde se criarán los primeros peces para una producción relativamente buena», relató el gerente de la cooperativa Cainguás, José Garay.

La idea es contar con el frigorífico propio, que estaría listo a mediados de año, y para el cual ya se concluyó el tinglado y se adquirió la cámara frigorífica. En principio trabajará con pacú y tilapia producidos en los tajamares propios, aunque a futuro se recibirá el producto cosechado por los socios de la cooperativa que sostienen más de 180 tajamares en toda la zona de influencia.

Según detalló el gerente de la entidad anfitriona, «estimativamente la producción rondará los 60 mil kilos de pescado mensuales, aunque al

principio creemos que podemos tener unos 20 mil kilos», advirtió Garay.

Agregó que «debemos ser prudentes y llevar adelante el proyecto paso a paso, porque la idea es crecer y perdurar en el tiempo ya que es una alternativa económica muy tentadora para nuestra zona».

Con los productores

Actualmente, en la Cooperativa Cainguás sostienen un programa para trabajar con los tajamares de la zona y para ello, los responsables de la institución llevarán adelante una revisión completa en cada uno de los núcleos productivos. Buscarán así armar un cronograma de períodos de cosecha y cría en cada uno para que puedan ingresar al faenamiento.

Garay advirtió que «como los productores están sembrando distintas especies habrá faenamiento en distintas épocas. También llevaremos un control de calidad mucho más estricto entre los que deseen participar, porque debemos tomar conciencia de que pretendemos ingresar a un mercado con otro sistema de trabajo, más a conciencia, profesional y que debe cumplir las normativas vigentes en calidad alimenticia».

De esta manera, las producciones personales se acortarán y todos podrán

trabajar en conjunto. «Tenemos que lograr una macro producción estándar si

queremos ingresar a las cadenas de supermercados. Por ahora trabajaremos con la red de minoristas hasta tanto estemos preparados para abarcar más, pero por supuesto que la idea es ser buenos productores de pescados, de buena calidad y que todos nos prefieran», finalizó.

El proceso

Actualmente el proyecto pescado fresco cooperativo se encuentra en la etapa

de construcción de los cuatro tajamares en los que los alevinos de pacú y

tilapia, que adquirirán un peso de 20 gramos, aproximadamente. De allí

pasarán a las 200 celdas con capacidad para 200 mil peces, que se criarán

hasta que tengan entre 600 u 800 gramos. De allí pasarán a la cosecha.

Paralelamente a la compra del predio donde funcionará la planta de

faenamiento, frigorífico y packing que también se encuentra en construcción,

las cooperativas asociadas buscan un lugar donde instalar la planta

elaboradora de alimentos balanceados, que también integra el ambicioso

proyecto y que sostendrán los socios de la cooperativa que ya están

plantando soja con este objetivo.

Modelo de economía social

Durante casi medio siglo, la Cooperativa de Electricidad Cainguás Limitada

–pionera en la zona centro de la provincia de Misiones- se dedicó a la tarea

principal de distribuir energía eléctrica en Aristóbulo del Valle y las

colonias cercanas.

Pero a partir de la decisión del actual Consejo de Administración, cuyo

presidente es Héctor López Ricci, desplegaron una amplia gama de actividades productivas que buscan mejorar la economía y, por ende, la calidad de vida de los 4000 socios, la mayoría habitantes de la zona rural. En definitiva, buscaron la manera inteligente y solidaria de asegurar el pago de los servicios, de evitar la emigración hacia las ciudades y de promover los

principios del cooperativismo.

Hoy, además de distribuir el agua potable y brindar servicios sociales

varios, (como la distribución de gas, los sepelios y la educación terciaria

financiada enteramente por la entidad), pusieron en marcha el ambicioso

proyecto de piscicultura, una cuenca ganadera, un parque industrial y una

planta elaboradora de jugo de soja, que se nutren de los conceptos de

economía social y solidaria.

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