Para Afome, las políticas de promoción forestal no llegan al pequeño productor

Dirigentes de la Asociación Forestal Mesopotámica sostienen que las expectativas para la campaña 2007 no son alentadoras. «Si bien hubo un repunte en 2006, comparada con la campaña del año 2005, las cifras en superficies forestadas en la actualidad apenas llegan a las alcanzadas hace dos décadas atrás, cuando deberíamos estar triplicándolos, y esta situación se da en Misiones, Corrientes y Entre Ríos», explicó Jorge Pujato. El secretario de la Asociación Forestal Mesopotámica (Afome), Jorge Pujato, señaló respecto a la campaña 2007 que, si bien hay un repunte en la 2006 comparada con la 2005, «las cifras en superficies forestadas en la actualidad apenas llegan a las alcanzadas hace dos décadas atrás, cuando deberíamos estar triplicándolos, y esta situación se da en Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Y en esa época no había empresas extranjeras de magnitud, que hoy asumen la responsabilidad de forestar miles de hectáreas», remarcó.

Para el representante del sector primario «mientras siga reinando Ester Malacari (actual coordinadora del Proyecto Forestal de Desarrollo Sustentable) y José Allende en la Dirección de Forestación de la Secretaría de Agricultura; y el secretario Miguel Campos siga diciendo que todo está bien (con la complicidad de algunos funcionarios provinciales), no hay mayores expectativas para la promoción forestal en pequeños productores».

Pagos pendientes

Además, recordó que «de la deuda de las campañas 2000 a 2002, unos 17,5 millones que la Nación pagaría vía convenio provincia de Misiones, se validó nuestros planteos: sólo se habrían pagado unos 6 millones a lo largo de un año. Esto nos da la razón que a ese ritmo recién en el 2008 se terminaría de pagar una deuda que estaba lista para ser pagada a mediados del 2004. Si eso no es inutilidad, dejadez, inoperancia, incompetencia, etcétera, ¿cómo se llama?», exclamó.»Es una burla descarada a los productores que creyeron en el país, forestaron, no cobraron en tiempo y forma, y cuando todo estaba solucionado, apareció Campos, Malacari y otros, y ahora deben esperar de nuevo hasta tres años más».

Cifras infladas

Desde Afome consideran también un capitulo aparte el accionar del gobierno provincial ante «sus grandes elocuentes cifras de plantaciones en las campañas 2004, 2005 y 2006 (entre 35.000 y 45.000 hectáreas por año). Se estima que de esta nueva deuda (la real, no las cifras de los funcionarios), la Secretaría de Agricultura apenas habría pagado el año pasado entre 4,5 y 6 millones de pesos. O sea, que del total de la deuda vieja y nueva, se habrían pagado entre 10 y 12 millones de pesos. Si las cifras dadas por funcionarios de la provincia fueran ciertas y todo el mecanismo de pagos de la Secretaría de Agricultura estaría solucionado y bien aceitado (según Campos y Malacari), deberían haber entrado a la provincia pagos por unos 80 millones de pesos, cifra varias veces mayor a la real». De esta manera, el ingeniero Pujato expone que «alguien está equivocado, sobran o faltan ceros. Una inyección de 80 millones de pesos a la economía de la provincia vendría muy bien, máxime sabiendo lo distributiva que es toda la cadena forestal y que el fisco recauda el 30% de esos ingresos».

Los dirigentes de Afome exhortan al «señor gobernador a exigirles explicaciones a los responsables del área forestal porque no se dan esas cifras de ingresos (10 a 12 millones de pesos realmente pagados en vez de los 80 a 100 millones de pesos «teóricos» según los datos de los funcionarios)».

Pequeños productores

Ante este escenario, desde Afome sostienen que «de haber una política de promoción forestal, la misma no llega al pequeño productor, porque en los últimos año se viene destruyendo el modelo de desarrollo forestal con el sector primario. Con los planes asociativos habíamos logrado insertar a miles de muy pequeños productores (en general, tabacaleros) en la actividad forestal, sin mayores costos para el Estado en trabajos de promoción. Así se forestaron miles de hectáreas a través del INTA, Cooperativas, Asociaciones, algunos Municipios, etcétera. La política metió la cola y, primero en el año 1996 y luego en el 2000 -01, se destruyó este sistema, con muchos culpables y del más variado color político. El plan pequeño silvicultor fue en un inicio un intento de recuperar algo de lo perdido, pero mejor hubiera sido centrar esfuerzos en castigar a los responsables de planes truchos por politiquería y otros, de anticipos mal gastado, etc. Recordamos que solamente los viveristas perdieron entre 8 y 12 millones de pesos en plantines que entregaron en las campañas 2000 y 2001 y nunca pudieron cobrar».

El ingeniero Pujato consideró que «el Estado solo debería intervenir para poner de nuevo en marcha el mecanismo y especialmente, para controlar los corruptos y/o inoperantes. Y aquí creemos que se están mezclando los tantos. Cooperativas, ONG, y algunos municipios estaban funcionando bien, o muy bien. Nunca se los debió reemplazar, sino apoyar. Y no solamente hay que apoyar a algunos, sino a todos. Una metodología similar a Cambio Rural de INTA, pero sin condicionamientos políticos. Se reitera, si no se paga, el pequeño forestador se desalienta y deja de forestar. Y no se está pagando, ni siquiera los anticipos de los planes asociativos de la campaña 2006. Esa es la realidad. Además hay premisas básicas que respetar: no «investigar» a costa del pequeño productor promoviendo especies o sistemas productivos no probadas previamente; no promover especies sin utilidad económica o ecológica, o en suelos o sitios no aptos; entender que sale más barato preservar el bosque y ofrecer alternativas productivas que reforestar con especies nativas sobre suelos degradados, etcétera», concluyó el profesional.

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