El negocio de la madera sigue creciendo, pero faltan nuevas inversiones en el sector

Se mantiene la tendencia positiva desde el año 2002, con exportaciones estables.»En 2006 se vendió más madera y se ocupó más mano de obra que en 2005″, dijo el titular de Afoa, Manuel Climent. Pero el empresario también advirtió que, a pesar del potencial del sector y con la oferta de madera triturable disponible (para celulosa), no se realizaron nuevas inversiones en los últimos cinco años, solo hubo expansión y optimización de la industria existente. Los productores forestales y empresarios de la industria de la madera, celulosa y papel, cerraron un balance positivo en 2006, dado que se mantuvo la tendencia positiva que se registró en el sector desde el año 2002 con una demanda sostenida del mercado en productos forestales.

«El año pasado se vendió más madera y se ocupó más mano de obra que en 2005, y la demanda sostenida permitió que mejore el valor promedio de los rollizos, lo que combinado con una muy lenta normalización en el pago del Apoyo no Reintegrable, en el marco de la Ley 25.080 (Inversiones para Bosques Cultivados), posiblemente fue lo que redundó en que se haya plantado más, de acuerdo a lo estimado por la Dirección de Forestación»; dijo el presidente de la Asociación Forestal Argentina (Afoa), Manuel Climent.

Sin embargo, en este sentido aclaró que «la tasa anual de crecimiento de las plantaciones forestales aún no ha cubierto los objetivos de esta ley ni las expectativas del sector».

Para el empresario, el panorama positivo que se registra para los negocios forestales, «se ensombrece al considerar la sustentabilidad del crecimiento sectorial y al observar lo exiguo del mismo, comparado con el potencial del sector. A pesar de la oferta maderera disponible, las inversiones en nuevas industrias de triturado de la madera (para celulosa) han sido prácticamente nulas en los últimos 5 años. Solo hubo expansión y optimización de industrias existentes», explicó.

«Las nuevas empresas en la actividad son esencialmente Pymes madereras, que si no tienen quien consuma los deshechos de su actividad, tendrán crecientes problemas en la productividad y rentabilidad. En este sentido, el año 2006 no mostró ningún avance significativo para implementar correctamente los beneficios impositivos de la Ley 25.080 a las inversiones industriales, y las primeras empresas que presentaron carpetas tuvieron una pésima experiencia», recordó.

Mientras que los indicadores muestran que el negocio forestal es posible y rentable en Argentina, desde la entidad empresaria sostienen que «siguen sin lograrse los objetivos de la ley 25.080».

Industria sustentable

Por otra parte, durante 2006 los empresarios de la Asociación Forestal Argentina observaron con preocupación el creciente debate instalado en la sociedad respecto del emplazamiento de las plantas de celulosa en Uruguay y el rechazo de Entre Ríos a la industria forestal.

«Este conflicto, lamentablemente, excedió a dicha industria y golpeó de lleno en la actividad forestal, cristalizándose en un proyecto de ley provincial para impedir la exportación de rollizos y chips madereros. Al respecto, la organización manifestó su posición contraria por medio de cartas enviadas oportunamente al gobernador Jorge Busti y legisladores entrerrianos, además de impulsar en medios masivos de comunicación nacional y provinciales información coherente para ser transmitida a la sociedad», explicó Climent.

Desde Afoa remarcan que la industria forestal «no funciona» sin una industria del triturado, pero también sostienen que «el Estado debe arbitrar claramente los medios y recaudos necesarios para que estas industrias se establezcan cumpliendo todos los requisitos que aseguren una producción sustentable ambientalmente y sin deterioro en la calidad de vida de las personas».

Para los empresarios del sector foresto-industrial esto es posible, y por medio de la entidad mantienen una actitud proactiva ante las autoridades nacionales intentando mediar para promover la solución a esta situación, con activa presencia en todos los espacios de discusión y toma de decisiones vinculados a la actividad forestal y foresto-industrial.

subtitutlo/Otros rumbos

Con respecto a los nuevos proyectos de inversión en la región, Brasil es el país elegido por los inversores, seguido por Uruguay. Las principales razones que llevan a los inversores a elegir estos destinos son: políticas de Estado, seguridad jurídica, infraestructura, y mano de obra especializada.

En Uruguay ayer se anunció la construcción de una planta de celulosa en el país, del Grupo Stora Enso, que invertirá US$ 1.200 millones.

Este proyecto industrial sería el tercero que se anuncia en los últimos tres años en el vecino país, dado que se suma al grupo español ENCE (Empresa Nacional de Celulosa), con una inversión de 600 millones dólares; y la finlandesa Botnia con 1.100 millones de dólares.

Ambos proyectos fueron los que generaron una gran controversia ambiental y el rechazo de Entre Ríos a la instalación de las plantas sobre el río Uruguay, que derivaron en presentaciones diplomáticas en tribunales internaciones y con cortes de rutas, permanentes o sorpresivos, en Gualeguaychú y otras rutas entrerrianas.

Ahora, la papelera sueco-finlandesa Stora Enso anunció oficialmente la construcción de una planta de celulosa en el departamento de Durazno, y la instalación será durante los próximos ocho años. «El complejo industrial cumplirá con todas las exigencias establecidas por la Unión Europea, producirá un millón de toneladas de pasta de celulosa al año y generará unos 3.000 puestos de trabajo directos», indicó Joao Borges, director forestal de la compañía para Brasil y Uruguay.

El anuncio fue formulado durante la reunión que mantuvieron directivos de la compañía con el ministro interino de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay, Jaime Igorra.

De esta manera, la cuenca foresto-industrial del Cono Sur se está consolidando, y Argentina, a pesar de las ventajas comparativas para atraer inversiones forestales y explotar todo su potencial, sigue perdiendo oportunidades por la falta de políticas de Estado para atraer capitales con proyectos de largo plazo.

Más información en la Revista ArgentinaForestal.com Nº39

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