Susto en Brasil: Un colectivo con chaqueños y misioneros casi cae a un precipicio

Escenas de terror y zozobra se vivieron en el interior de un colectivo de la empresa de turismo Ivaní que estuvo a punto de desbarrancarse en la ruta 280, en el estado brasileño de Santa Catarina.

El coche de la empresa de turismo Ivaní tomó una ruta que ya no se usa para llegar a Camboriú. En una zona conocida como «el caracolero» siguieron de largo. El micro se frenó con el impacto contra el guardarail. Pudo ser una tragedia.

Escenas de terror y zozobra se vivieron en el interior de un colectivo de la empresa de turismo Ivaní que estuvo a punto de desbarrancarse en la ruta 280, en el estado brasileño de Santa Catarina, a 140 kilómetros de Camboriú, cuando el micro siguió de largo en una curva que da a un precipicio de, por lo menos, 300 metros de profundidad.

Sólo el milagro de un guardarail que soportó el impacto y el peso de la unidad de transporte, no se están lamentando víctimas en este episodio.

En el colectivo iba como pasajera, una periodista del diario digital Corrientesnoticias, Alejandra Leguizamón, que relató las escenas de pánico que se vivieron dentro del coche. Aún no hay explicaciones de por qué el chofer de la empresa de turismo tomó esa ruta que, según se pudo saber, dejó de usarse para el tránsito turístico justamente a raíz de graves accidentes con consecuencias fatales, que se sucedieron en la zona.

El drama de los pasajeros se completó luego con casi cuatro horas de espera en la ruta hasta que llegue alguien a socorrerlos. No había por el lugar ni un otro vehículo transitando, ni particular, ni de carga, ni de pasajeros. Este hecho confirma que el colectivo circulaba por una ruta no usada. La unidad viajaba con el pasaje completo, casi 60 pasajeros, todos chaqueños, a excepción de dos que son oriundos de Misiones.

La impresión que tienen los pasajeros, es que los conductores no conocían ese camino. Pero no solamente esa ruta, sino el trayecto completo. De noche, el micro pasó por lo menos tres veces por el mismo lugar, denotando el desconocimiento del lugar.

Además de eso, una explicación que se obtuvo en el lugar, fue que tomaron ese camino, como un atajo. Por esa ruta podían volver a la Argentina y reaprovisionarse de combustible recién a la vuelta.

El lugar es tan peligroso en la zona, lo llaman «el caracolero» por la cantidad de curvas. Entre las explicaciones preliminares, sostienen que el colectivo llegó a muy alta velocidad a la curva, y no le dio el tiempo para frenar. Sólo 5 metros separaron al micro del abismo.

Después de más de tres horas y media acudieron al lugar, camionetas de la Policía brasileña. A esos rodados subieron los niños, que había varios para no mojarse debido a la lluvia que se precipitaba en esos momentos. El coordinador de la empresa contrató, más tarde, dos micros pequeños, en la ciudad de Joinville, que terminaron el trayecto con los pasajeros a bordo. El horario de arribo era las 10 a Camboriú y tras todos estos incidentes llegaron recién a las 19. Por último hay que consignar la indignación de los pasajeros con los conductores, a quienes acusaron de haber desaparecido, en tanto, rescataron la actitud del coordinador, un joven que siempre puso la cara.

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