Avanzan los juicios por la Verdad en Oberá

«Queremos saber que pasó», dicen las hermanas de Susana Ferreira. Vinieron de Neuquén y aportaron datos que permitirían citar a más testigos

Memoria. Las hermanas de Susana Ferreira quieren por lo menos una condena social.

Memoria. Las hermanas de Susana Ferreira quieren por lo menos una condena social.

Oberá. Reviviendo el dolor que les produce conocer mas detalles acerca de las torturas y la muerte de su hermana, Susana Ferreyra, Marta y Graciela, hermanas de otra de las victimas de la dictadura militar, prestaron declaración ante el Juez Federal y recorrieron la historia.

«Es muy difícil volver a eso, porque si bien en Neuquén, donde vivimos se habla mucho de los derechos humanos y se pregona la investigación y la búsqueda de la verdad, estar escuchando testimonios de quienes fueron amigos, compañeros de cautiverio de nuestra hermana, es muy doloroso», expresaron las hermanas Ferreira, una de 46 y la otra de 52 años.

Las dos llegaron de Neuquén para participar en la investigación que por la verdad y la justicia se inició en nuestra provincia tiempo atrás. Sumadas al proyecto memoria de la Universidad Nacional de Misiones, con la intervención de la antropóloga social Lida Martinez Chas, dialogaron con Misiones On Line.

En la charla, a sus voces se quiebran muchas veces por el llanto. «Imagínense si aquí comienza la gente recien a hablar, cómo era hace 30 años atrás, donde la gente nos miraba con cierta desconfianza, donde se reproducían los dichos, los dice que, donde ante el temor que nos generaba que también a nosotras, a la familia nos buscaran, tuvieramos que buscar refugio en un lugar distante, hacia donde fuimos», dice Marta.

Ambas son solteras y habitan en Neuquén, junto a su madre de 88 años. «Sabíamos que en algún momento esto iba a salir a la luz, que tendríamos que buscar la verdad, que debíamos hacer algo para que la sociedad se enterara de lo que pasó, eso no quita el dolor por el que ahora atravesamos», añade Graciela.

Susana era peronista, y militó en el Partido Auténtico, a partir del 24 de marzo de 1976 entró en la clandestinidad, tambien militó en las Ligas Agrarias junto a Pedro Peczak. «Nosotros nunca supimos que la detuvieron, el 23 de noviembre lo detienen a Pedro, el 25 ingresaron brutalmente a mi casa buscándola, se llevaron a mis padres y supimos que la buscaban pero nunca cuando la detuvieron ni como, hasta que nos entregaron el cuerpo en un cajón lacrado un 17 de diciembre a la noche, esperamos muchas horas donde funciona el Servicio de Inteligencia del Ejercito en Posadas para que nos entreguen el cuerpo, por una mirilla en nuestra casa vimos su cuerpo quemado y lacerado», comentó Graciela.

«Teníamos mucho miedo y nuestra hermana Alicia nos ayudó a irnos a Neuquén, y allí sufrimos el desarraigo y el calvario diario de recordar a nuestra hermana muerta,» acotó. La búsqueda de la verdad y la intención de que se hagan públicos estos hechos y lograr la condena de los culpables es lo que ahora las motoriza: «Confiamos en la sanción social mas allá de la justicia, sobre todo porque los sueños de toda esa generación siguen, no han desparecido y hay que sostenerlos, la justicia, la equidad social, debe llegar», apuntaron.

«Ahora van a citar a testigos que nombramos ante el Juez, de personas que la vieron detenida, de personas que estuvieron en esos lugares de detención, en el departamento de policia de Posadas y el Regimiento de Apóstoles», explicó Graciela y se vuelve a quebrar.

Volverán cuando las citen nuevamente o cuando se lleve adelante estos juicios por la verdad, en un camino doloroso que transitan pero que –saben- deben hacerlo, para lograr la justicia ante tanto horror vivido en nuestro país en la década infame, de la dictadura militar.

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