Así lo reveló el titular del Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Misiones (Cucaimis). Esperan revertir la tendencia el año que viene
Generar conciencia. Según Cucaimis, en Misiones la lista de espera de órganos casi llega al centenar de pacientes.
El titular del Centro Único Coordinador de Ablaciones e Implantes de Misiones (Cucaimis), José Gaspar Argüello aseguró que el 2006 no fue un buen año en donaciones y transplantes de órganos en la provincia. Reveló en declaraciones realizadas en Radio A que «ha bajado el número de donantes en comparación al 2005, y que se registró un 68 por ciento de negativa familiar a las donaciones».
La noticia tiene, según el médico, que tomarse en el marco de la vigencia de la ley de Donante Presunto que implica que toda persona es capaz de recibir una ablación mientras no haya manifestado en vida su negativa. Pero de todas maneras si este trámite no fue realizado, las autoridades tienen el deber de preguntar a sus familiares si sabían de la opinión del difunto sobre la donación de órganos.
Sin intervención
«Estamos hablando de una declaración jurada de los familiares y hasta el momento solamente una persona dijo desconocer la voluntad de su familiar mientras que los demás se negaron a la posibilidad de la intervención», dijo Argüello.
Las cifras son contundentes y según manifestó el titular de Cucaimis en el 204 había una relación de donación de 5 por millón, cifra que en el 2005 ascendió a 9 por millón y que nuevamente en este año se volvió al 5 por millón.
Por otro lado comentó que con estos guarismos la provincia queda atrás respecto de Chaco y Corrientes donde la relación de donantes es de 20 por millón y desde donde además este año se recibieron córneas para los trasplantes que se realizaron en la tierra colorada.
Actualmente la lista de espera se configura de la siguiente manera: 45 pacientes aguardan ser trasplantados del riñón, otros 30 de córneas, 2 esperan recibir un corazón y dentro de unos días una persona necesitará un pulmón.
Finalmente Argüello dijo que se realizan todos los procedimientos de rutina a la hora de comunicar a las personas que sus familiares fallecieron pero que aún así, la negativa predomina.
