Por graves problemas técnicos, no funciona la planta de tratamiendo de efluentes de Benfide

Ecología estaría realizando monitoreos y controles periódicos esperando que la empresa realice los ajustes técnicos contemplados en esta primera etapa del convenio. A pesar de los compromisos asumidos, la fábrica aún no encontró una solución técnica para frenar la contaminación de sus efluentes. Ante el temor de una clausura, los obreros de la pastera de Puerto Piray realizaron una marcha en defensa de su fuente laboral. Distintas fuentes consultadas confirmaron que la planta de tratamiento de efluentes de Benfide SA funcionaría en forma parcial en lo que respecta a la mitigación de la contaminación ambiental y, además, existirían serios inconvenientes técnicos para la puesta en marcha del sistema de evaporadores, obra prevista en la primera etapa de inversión que la empresa acordó con el Ministerio de Ecología de la Provincia.

Esto indicaría desde el punto de vista ambiental que el problema de la contaminación aún no se solucionó. Y según admitió el secretario de Actas del Sindicato de Papeleros de Puerto Piray, Florencio Alvarenga, «la empresa en estos momentos tiene problemas con una caldera, no funciona, y esto no permite a su vez el funcionamiento del sistema de evaporadores y están fuera de servicio por el momento. Por este motivo, se solicitó a Medio Ambiente unos 120 días para traer otra planta de caldera, instalarlo en Piray y ponerlo en marcha».

Mientras que desde el Ministerio de Ecología, RNR y Turismo afirman que la empresa celulósica instalada en Puerto Piray, cumplió el plazo convenido para la inversión de obras que permitirían mitigar el impacto ambiental al río Paraná a través de mejoras tecnológicas en el proceso de producción y la construcción de una planta de tratamientos de efluentes.

Ante los graves problemas técnicos generados en la planta, en el transcurso de la semana pasada los directivos de Benfide recurrieron a consultas de expertos de primer nivel para encontrar en el corto plazo alternativas de solución ante el «acecho» permanente de las autoridades provinciales y de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, que endurecieron el control ambiental sobre esta industria en los últimos meses.

En esta primera etapa, el proyecto de inversión que está en ejecución (que demandó 2,5 millones de dólares) consiste en deshidratar los efluentes líquidos para obtener un subproducto en polvo, el cual es rico en lignosulfonatos de calcio.

Para ello, avanzaron en la instalación de un sistema de evaporadores que logran concentrar el efluente líquido hasta una concentración del 55% de sólidos.

La mejora que se logra con los evapores tiene que ver con la concentración de sólidos que salen de estos evaporadores y que son vendibles, dado que son utilizables en muchas aplicaciones, aunque aún Benfide no tiene mercado donde colocarlo.

La puesta en marcha del sistema de evaporadores no resultó con el éxito esperado, la planta tiene problemas de energía y se encuentran con una caldera que está fuera de servicio.

El compromiso asumido por la empresa celulósica ante el organismo provincial dice que «a partir de octubre de 2006, y con la instalación de este nuevo sistema de tratamiento, la fábrica de pasta dejaría de verter residuos contaminantes hacia el arroyo Los Angelitos, el licor negro generado en el proceso de producción de pasta celulósica». Pero hasta el momento, distintas fuentes sostienen que «esto no se habría logrado con éxito» y que los accionistas estarían en la búsqueda de alguna solución.

En forma reiterada se intentó desde ArgentinaForestal.com establecer una comunicación con los directivos de la empresa para que expliquen detalles de las dificultades técnicas por la cual atraviesan y confirmen las versiones sobre el sistema de evaporadores, para conocer cuales serían las acciones que en el corto plazo impulsarían para lograr mitigar la contaminación sobre el río Paraná, pero desde Benfide prefirieron por el momento «llamarse a silencio».

Los que sí salieron ayer a defender su fuente de trabajo con una marcha y manifestaron su preocupación fueron los obreros de la fábrica, sirviendo de esta manera a la estrategia de la empresa que, al no poder cumplir con las exigencias ambientales, recurrieron a la presión social. (Ver noticia relacionada)

Florencio Alvarenga, secretario de Actas del Sindicato de Papeleros, manifestó que «es muy reciente la puesta en funcionamiento de la planta, y a muy poquito de la inauguración, Medio Ambiente de la Nación vino a la empresa a decirnos que esta planta no servía y que con este proceso de blanqueo no se podía seguir. No le dan el plazo necesario a la empresa para invertir o reponer el proceso de este blanqueo, como pasa en Buenos Aires o en Europa, donde establecen un período de 10 o 15 años».

Por otra parte, según Alvarenga, la principal amenaza de clausura de la planta no vendría de parte del Ministerio de Ecología de la provincia sino que «es inminente el cierre por parte de las autoridades nacionales ya que no le dan –a la empresa- la posibilidad de conseguir créditos ni tampoco de extender los plazos».


Sin solución ambiental

El sistema de evaporadores en el que invirtió la empresa-y que fue aprobado por el Ministerio de Ecología- sería una alternativa viable para mitigar el impacto ambiental pero en forma parcial.

La planta tiene dos tipos de efluentes, los sólidos (el licor residual de cocción) que son tratados por medio de los evaporadores; y por otro lado, los efluentes del blanqueo (cloro elemental, extracción con soda cáustica, hipoclorito, poclorito, etc). Este último no estaría siendo tratado porque la fábrica no cuenta aún con una planta de tratamiento para atender este aspecto.

Cabe agregar que la evaporación tampoco es total, «el licor de la cocción se logra evaporar en un 85 a 90%, es decir que quedaría un resto de ese licor que irá al efluente, y por lo tanto, debe ser tratado», explicó un experto ante la consulta de nuestro medio.

«El problema, desde el punto de vista ambiental, es que Benfide aún no tiene una planta de tratamiento para estos efluentes y los desechos son arrojados al río», admitió la fuente.

Por lo tanto, la primera etapa del proyecto de inversión con el sistema de evaporadores reduciría un porcentaje de la contaminación que genera la planta, incluso entendidos en la materia sostienen que se trataría un 50% de solución al problema. Hay que evaluar la mitigación que se logra con esta tecnología, aunque está claro que la cuestión de fondo, la contaminación, aún no se solucionó.

Tendencias ambientales

En Argentina la legislación ambiental que regula la actividad de la industria de la celulosa y el papel aún está muy atrasada. Y Misiones no escapa a la regla.

En el mundo existen tecnologías más amigables con el ambiente. Están las llamadas ECF, Libre de Cloro Elemental, que utiliza como agente blanqueador el dióxido de cloro; y la TCF, Totalmente Libre de Cloro, que utiliza agua oxigenada.

Estas dos tecnologías son las que están hoy en uso en las fábricas más nuevas del mundo, y en Argentina la única que cuenta con tecnología ECF es Alto Paraná SA en Puerto Esperanza, Misiones.

El blanqueado con cloro elemental es altamente contaminante y tiende a desaparecer aunque aún hay plantas que lo utilizan, como es el caso de Benfide.

Si bien todas las actividades humanas impactan sobre el medio, la cuestión central es lograr controles eficientes para que los impactos que generan las plantas de celulosa ambientalmente admisibles. Si no se ajustan a la reglas, no es viable el emprendimiento, por lo tanto no debieran ser autorizado su funcionamiento.

La planta de Benfide tiene alternativas para reconvertirse con tecnología limpia, es rentable, pero sus directivos tendrán que realizar una inversión millonaria si buscan un emprendimiento sustentable.

El costado social del conflicto es el principal fundamento de las autoridades gubernamentales al momento de evitar la clausura de la fábrica, que de continuar en estas condiciones es inminente. La planta emplea en forma directa a 200 empleados y a más de 1500 en forma indirecta, entre proveedores, transportistas, comerciantes, etcétera.

El proyecto es económicamente rentable y socialmente aceptable, pero no será sustentable en la medida en que los empresarios de Benfide no atiendan seriamente el aspecto ambiental.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas