«Si agrega valor, la forestoindustria puede generar 500 mil empleos»

José de Mendiguren -vice presidente de la UIA- destacó el potencial de crecimiento de la provincia. El ex ministro de Producción estimó que el sector forestal puede exportar hasta 3.200 millones de dólares, pero alertó que si no avanza en la cadena de valor «es poco lo que puede crecer».

Cambiar crecimiento por desarrollo es para José Ignacio De Mendiguren la clave para el éxito económico del país y el de cada uno de los sectores productivos. Según el tradicional empresario textil devenido en magnate del agro, queda ya muy poco espacio para crecer horizontalmente ya que casi no hay capacidad ociosa en la industria ni hectáreas sin trabajar en los campos; pero destacó que queda un inmenso territorio para el desarrollo vertical a través de la agregación de valor.

«Según datos que manejamos, la industria forestal, por ejemplo, podría pasar de tener 53 mil empleados a dar trabajo a 530 mil personas; y de exportar 320 millones de dólares a hacerlo por 3.200 millones. Pero para llegar a eso hay que dejar de vender rollos y tablas para vender muebles de diseño y casas prefabricadas según los más altos estándares de calidad», estimó quien fuera ministro de la Producción durante la presidencia de Eduardo Duhalde y ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y actual vicepresidente de esa entidad.

El ex funcionario apostó a la continuidad del crecimiento pero destacó que para lograr un desarrollo integral de la economía, se deben lograr tres objetivos centrales: el primero consiste en mantener altos los niveles de crecimiento en términos de PBI, el segundo tiene que ver con mejorar la calidad de ese crecimiento a través de una mejoría en la distribución del ingreso y la tercera refiere a la integración territorial -que el crecimiento sea parejo en las distintas regiones- para lo que consideró necesario apoyar la agregación de valor en la misma zona de producción.

Viento en popa
Reconocido como uno de los ideólogos de la política económica actual y uno de los impulsores mas recalcitrantes de la devaluación de 2002, De Mediguren defiende a capa y espada el rumbo económico actual y anticipa una continuidad en la bonanza. «Desde el fin de la convertibilidad hasta ahora, el sector industrial creció un 53%, el PBI un 43% y si el crecimiento continúa al ritmo actual hasta el primer cuatrimestre del año próximo, estaremos frente al proceso de crecimiento más duradero de los últimos 100 años. Todo ocurrió en un plazo que nadie soñaba y se logró haciendo todo lo contrario a lo aconsejado por las recetas ortodoxas», argumentó.

El abogado especializado en economía destacó que el plan actual se diferencia de todos los anteriores porque no se apega a lo que califica como «el ciclo de recuperación y caída». «Después de cada crisis, con inflación y huida de capitales, venía un plan de estabilización con fijación cambiaria y altas tasas de interés que, en el corto plazo, atraía a capitales financieros. Esto derivaba en atraso cambiario y en la caída de la rentabilidad productiva, lo que generaba problemas fiscales y bancarios, así crecía la desconfianza y los capitales golondrina volvían a huir en busca de mercados más sólidos y allí volvía a comenzar la crisis. Desde Martinez de Hoz hasta acá siempre nos pasó lo mismo», analizó.

El presidente de la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria aseguró que Argentina ahora «crece porque produce a diferencia de períodos anteriores en los que crecía en base a endeudamiento». Consideró que por tratarse de un crecimiento genuino, se puede pronosticar una continuidad en la recuperación y agregó que además «ninguna variable macroeconómica amenaza este proceso».

Desestimó el impacto de los aumentos de precios en la economía y estimó que mientras no haya indexación ni déficit fiscal no puede hablarse de proceso inflacionario. «Lo importante es que el gobierno no se ató a las recetas tradicionales: enfriar la economía, subir la tasa de interés o retrasar el tipo de cambio, esos remedios son peores que la enfermedad», analizó al tiempo que destacó que las medidas de control de precios no deben ser tomadas como un fin en sí mismo sino como herramientas para desinflar expectativas inflacionarias que permitirán ganar tiempo para generar las condiciones para resolver el problema de fondo, que es lograr el aumento de la inversión y de la capacidad instalada. Hace falta llevar la inversión del 21% actual del PBI al 24 o 25%», expresó.

El empresario explicó que para lograr el aumento de las inversiones necesario para mantener los precios a raya, resulta necesario un crecimiento en el volúmen de créditos destinados a la producción. «Hasta ahora, todo se hizo con capital propio. Los préstamos del sector financiero al sector privado representan el 9% del PBI. No es nada. En México, por ejemplo, es más del 60%. El acceso al crédito es una asignatura pendiente. Podemos discutir cuál es el instrumento: si un banco de inversión para el desarrollo, un subsidio estatal de las tasas en los créditos de la banca privada u otro sistema».

Albores del INYM


En su gestión al frente del ministerio de la Producción, Ignacio de Mendiguren tuvo activa intervención en la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), cuya ley se reglamentó a mediados de 2002. El empresario se ocupó de destacar que los productores de la provincia fueron de los primeros que entendieron y apoyaron el actual modelo económico y destacó su participación en la toma de decisiones.

«Recuerdo que en Buenos Aires llegamos a recibir a grupos de hasta cien productores de Misiones que llegaban para defender su Ley. Debo confesar que me conmovieron por su convicción y me sorprendieron por la claridad de concepto que mostraban. Sabían lo que había que hacer para desarrollar a su sector en el contexto económico que recién se estaba abriendo, algo que pocos entendían entonces», relató el ex funcionario.

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