El director general de Rentas, Miguel Arturo Thomas descartó que el código fiscal haya incidido en la caída de las exportaciones del año pasado, ya que comenzó a regir en enero. Críticas a los exportadores
Modelo. La política fiscal aplicada en Misiones es replicada en otras provincias y municipios del país.
Las críticas de la Cámara de Comercio Exterior de Misiones por la caída de las exportaciones durante el año pasado, reavivaron el debate sobre la política fiscal. Los empresarios aseguran que la merma en las ventas al exterior se deben a las medidas tomadas por el Gobierno provincial para mejorar la recaudación de impuestos. Sin embargo, el director General de Rentas, Miguel Arturo Thomas, con datos en mano, descarta que la política fiscal tenga un impacto negativo en el crecimiento de la economía.
El primer elemento que arroja es que el nuevo código fiscal, que retiene un porcentaje de las exportaciones a cuenta de Ganancias, recién comenzó a aplicarse en enero de este año, tras la aprobación de la reforma en la Cámara de Diputados, por lo que mal puede incidir en lo que sucedió el año pasado. «El sector concentrador de la riqueza embate contra los cambios porque quiere mantener sus privilegios y beneficios de otros años», puntualizó Thomas.
El funcionario sostiene que la caída de las exportaciones de madera, principal rubro que vendió menos, se debe a las cuestiones climáticas de Estados Unidos, que incidieron en las importaciones de ese país, además de «un lógico reacomodamiento del mercado tras la devaluación». Y asegura que el sector industrial de todas maneras obtuvo ganancias que se incrementaron en el primer trimestre de este año, cuando las exportaciones volvieron a subir.
Según fuentes de la Dirección General Impositiva, una empresa como Papel Misionero, que se dedica a la madera y la pasta celulósica y vuelca el 92 por ciento de su producción en el mercado interno, obtuvo el año pasado una rentabilidad neta del quince por ciento -el promedio en los países del primer mundo es de cuatro o cinco- con ganancias de ocho millones de dólares. Si se le hubiera aplicado el nuevo código fiscal, debería haber tributado apenas 350 mil pesos.
En el campo de las exportaciones ya hay fallos del Tribunal Arbitral que avalan la postura misionera: en Buenos Aires, tres municipios consiguieron cobrarle a empresas por la producción local, pero también por las ventas al exterior, como el caso de Misiones.
«Casi todas las empresas tienen el mismo escenario y ni hablar de las que exportan, ya que cobran en dólares y pagan la materia prima y sus costos en pesos», indica Thomas. En el Gobierno mantienen la premisa de que se puede «vivir con lo nuestro». Es decir, recaudando y generando recursos propios para no repetir escenarios de la década pasada. Por ejemplo, para cubrir la necesidad de financiamiento, este año se necesitan 364 millones de pesos, de los cuáles 200 aporta la Nación. «Es casi el 60 por ciento de la masa salarial que paga el Estado en el año y es el resultado del modelo económico que un sector empresario quiere preservar. Pero cuando terminemos de pagar la deuda, allá por el 2030, derivaremos dinero por más de cinco mil millones de pesos. ¡Todo lo que se podría hacer con ese dinero!», exclama. Otro dato que pone sobre la mesa Thomas es que la recaudación de impuestos sigue en aumento, lo que refleja el intenso movimiento económico: el IVA en el primer cuatrimestre creció 21 por ciento, en tanto que Ingresos Brutos -que alcanza solo a industrias y comercios- llegó al 41 por ciento.
Asimismo, según datos del INYM, el año pasado se vendieron 320 millones de estampillas de un kilo de yerba mate, lo que, al valor actual de cuatro pesos el kilo, representaría un movimiento económico de 650 millones de dólares. Sin embargo, el sector apenas tributa 60 millones de pesos.
Las nuevas herramientas fiscales que se preparan
