Las chacras también son centros turísticos

Un total de 24 familias de colonos de varios municipios de Misiones formó una red de emprendimientos de agroturismo para hacer más rentables las plantaciones. Combinan paisaje agreste con el trabajo del campo con paseos y comidas típicas. El trabajo es coordinado por la Unión de las Escuelas de la Familia Agrícolas de Misiones (Unefam).

Los emprendimientos de agroturismo ofrecen paseos a caballo por la espesura boscosa y por los senderos de la producción.

Los emprendimientos de agroturismo ofrecen paseos a caballo por la espesura boscosa y por los senderos de la producción.

Un grupo de personas vinculadas a las actividades agrarias y a las Escuela de la Familia Agrícola de Misiones (EFA) no tuvo mejor idea que explotar el otro perfil del campo, fuera del tradicional trabajo de arado, plantación y cosecha: el turístico.

Basado en datos alentadores que señalan que el turismo rural o el agroturismo viene creciendo a un ritmo muy superior al turismo convencional, hace un par de años decidieron implementar un proyecto de esas características a través de la Unión de las Escuelas de la Familia Agrícolas de Misiones (Unefam), con el respaldo económico del Instituto Sindical para la Cooperación y el Desarrollo (ISCOS) de Italia, y la Cooperación para el Desarrollo de los Países Emergentes (COSPE).

Así diagramaron un primer circuito que involucra a los municipios de Dos de Mayo, San Pedro, San Vicente, El Soberbio y Colonia Caraguatay, incorporado a partir de este año. En total, forman una red de 24 emprendimientos que trabajan en forma continua, más dos comunidades aborígenes y otras 30 familias de pequeños colonos que se encuentran en los pasos previos de ingreso al programa.
La Unefam es una asociación civil sin fines de lucro, con sede central en San Vicente, integrada por docentes y padres de alumnos de las escuelas agrícolas.

Campo rentable
Según Jaime Bremm, coordinador del programa, el trabajo en materia turística surgió hace ya varios años, en 1997 aproximadamente, pero cobró mayor relevancia a partir de los últimos tres años. La idea fue siempre jerarquizar el trabajo del campo y evitar uno de los mayores problemas que afectó a la provincia en la década del 90: el desplazamiento de las poblaciones rurales hacia los centros urbanos más importantes como Posadas, Eldorado u Oberá en busca de las oportunidades laborales que en ese entonces estaba ausente en las chacras por los bajos precios que se pagaban por las producciones.

«El objetivo es lograr que el colono pueda hacer rentable su ocupación y vea una nueva alternativa de ingresos y que se quede en su ámbito. De alguna manera, buscamos evitar el éxodo rural, además de promover un modelo integrado y sostenible de producción, la venta de productos agropecuarios y de servicios, de los pequeños establecimientos agrícolas familiares de Misiones», dijo Bremm.

Si bien existen rasgos generales que los hace homogéneo como la infraestructura, cada uno de los emprendimientos ofrece un paisaje o un producto particular que lo distingue de los demás, como el paseo en carros.

En el municipio de Caraguatay, sobre la Ruta Nacional 12, Agro Camping Stella Maris, de Ernesto Pretzel y su familia, es un lugar que combina naturaleza y el trabajo de la tierra. Enclavado en las márgenes del arroyo Itá Curuzú, un acogedor remanso permite un espacio de encuentro con la exuberancia de la selva en un relicto que los propietarios mantienen por su espíritu conservacionista generoso.

Una pequeña falla geológica origina los saltos, las aguas caen estruendosamente sobre los amplios paredones y muy cerca de ellos una diversidad de cultivos típicos de la zona y crías de granja y ganadera se suman al paisaje agreste. El recorrido incluye un paso obligado por los saltos, una mirada en el circuito granjero (alimentación de aves, conejos y cerdos) y el ordeñes de vacas; el senderismo de la producción (opcionales por cultivo o duración), el avistaje de aves y fauna ocasional y participar de la preparación de comidas típicas regionales.

A unos 100 km. de allí, ya sobre la ruta nacional 14, en Dos de Mayo, la familia Kelm puso en marcha el proyecto Los Cedros con matices diferentes al de los Pretzel. Esta chacra bien diversificada, cuya producción en buena medida es ofrecida en la Feria Franca local, ofrece productos regionales elaborados y frescos de la huerta. Además, se pueden realizar los senderos de los cultivos madres de Misiones como la yerba mate y el té.

Otros atractivos de este circuito conforman los estanques artificiales interconectados para la cría de peces donde la práctica del «pesque y pague» es toda un tradición; las piletas naturales para uso en temporada estival; la participación en el proceso de elaboración de la «Miel de Caña» y los senderos de la selva, entre otros. Es un lugar ideal para acampar.

Pero sin dudas el que rompe todos los esquemas tradicionales es el proyecto Las Rocas, porque se trata de un circuito de las comunidades guaraníes Její (Palmera) y Pindo Poty (Flor de Palmera), ambas en El Soberbio, en la franja fronteriza con Brasil. Más allá de los senderos selváticos en su estado más puro que rodea a estas dos aldeas, el agroturismo adquiere aquí una concepción netamente cultural.

Es que los propios guaraníes fueron los que quisieron abrir las puertas de sus comunidades para mostrar a los foráneos su forma de vida, su cultura, su manera de aprovechar los recursos que les provee la naturaleza con una perfecta sustentabilidad de tal manera que se garantice su perdurabilidad. Sin dejar de lado la artesanía, como la Madera Holland, y el arte culinario ancestral.

Necesidades
Los circuitos aún están estructurados para atender al visitante argentino pero no así al turista internacional. Justamente, por la amplitud de la esfera de potenciales clientes pasan los objetivos trazados para el futuro. Para ello, los emprendedores tendrán que trabajar principalmente en mejorar la calidad de los servicios para después poder avanzar en una estrategia de marketing.

Bremm cree que esos dos puntos son fundamentales para lograr el crecimiento. Pero también es consciente que los objetivos deben cumplirse en forma gradual, al tratarse de pequeños emprendedores que tienen cerrado hasta hoy el acceso a los créditos bancarios.

«Sin dudas que las principales premisas pasan por mejorar la calidad de los servicios, en brindar mejores comodidades en atención, en la seguridad e higiene y mejorar todo lo relacionado al equipamiento y la infraestructura. Sabemos que no es una tarea sencilla porque se trata de emprendimientos familiares, de pequeños colonos a los que se les hace difícil acceder a los préstamos bancarios. Es por eso que queremos adoptar una figura legal – cooperativa o asociación- para que, como entidad, podamos gestionar recursos económicos que nos permita financiar nuestro proyecto. Agroturismo es un producto nuevo que requiere un trabajo con seguimiento y organizado», indicó el coordinador del proyecto.

«Y una vez que logremos esos puntos, sí iniciar una campaña de promoción en el exterior con una estrategia de marketing, con elementos de imágenes y capacitación permanente de los emprendedores», agregó.

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