A partir de este año la Unefam organizó la oferta turística a través de circuitos temáticos. «En total son seis ejes que tienen la finalidad de ordenar la oferta, como una especie de guía para orientar a los visitantes», explicó Bremm. El primero es el Circuito de los Viveros y Naturaleza que cuenta con un gran potencial natural para desarrollar cultivos de especies nativas o exóticas, tanto ornamentales como forestales (flores, arbustos, especies de árboles para sombra, enredaderas, epifitas como las orquídeas, entre muchas otras).
El segundo es del Vino Colonial y de los Licores, productos elaborados artesanalmente por representantes de las etnias de los inmigrantes de la región, como una forma de extender sus costumbres. En el caso de los licores, existe una amplia gama de colores y sabores, provenientes tanto, de los frutos y hierbas nativas como algunas variedades clásicas o típicas de las etnias.
De las Hierbas Medicinales es el tercer eje, para los defensores del poder curativo de la naturaleza, dado a la enorme variedad de especies con que cuenta la rica biodiversidad local. El Circuito de las Esencias es el cuarto. Se trata de una de las actividades productivas que en épocas pasadas caracterizaba al municipio de El Soberbio por sus condiciones microclimáticas. Hoy día es una actividad que se mantiene y tiende a recuperarse, por ello son varios los agricultores que incorporan este cultivo a sus opciones de producción diversificada. El quinto circuito es el Gastronómico de la Pesca. En la región ya son varios los productores que ofrecen actividades de pesca en estanques o ‘tajamares’. La actividad consiste básicamente en la posibilidad de pasar un día de campo en familia o en grupo de amigos, capturando ejemplares de peces como carpas y pacúes.
También se ofrece la alternativa de pesca en los ríos y arroyos locales, aunque aquí las posibilidades de captura son menores, el desafío y la aventura resultan de gran satisfacción. El último es el Circuito de a Caballo, en Carro o Tractor que permite al visitante la vivencia de «sentirse transportado» por los carros o carruajes tirado por caballos o bueyes.
Las chacras también son centros turísticos
