Cultura misionera por los escenarios de Brasil

La bailarina y coreógrafa Marisil Ceccarini participó recientemente de un Congreso en Río. Asegura que la influencia europea enriquece la cultura.

Experiencia única. Marisil se encontraba felíz tras el encuentro.

Experiencia única. Marisil se encontraba felíz tras el encuentro.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]“Lo que buscamos desde Guaynamérica es que la gente baile ritmos de América Latina”[/su_note]Uno de los referentes de la danza misionera, Marisil Ceccarini, participó recientemente de un encuentro en Río de Janeiro, Brasil. La mujer desde 1983 está al frente de «Guaynamérica», su compañía de danzas.

No es la primera vez que Marisil Ceccarini integra encuentros de danza de países como Brasil, ya que el año pasado participó de la XIII Muestra de Danzas en Santa Rosa. En esa ocasión fue jurado, fue distinguida y además no se privó de bailar en el escenario del evento, por el que pasaron 29 elencos por noche de los más variados géneros.

A Marisil se le adjudica la creación de la danza del gualambao, es alumna y colega de los grandes de la cultura de la provincia como Ramón Ayala, Vicente Cidade o Karoso Zuetta.

Convocada

Ceccarini participó, entre el 21 y el 23 de abril, del Congreso Internacional de Danzas Brasileñas. «Lo que venimos haciendo desde Guaynamérica es que la gente baile ritmos de América Latina. Pasa que en Argentina y específicamente en Misiones, con la influencia europea, se enriqueció esa cultura. Fui una de las exponentes que hizo notar que una tierra desconocida por la mayoría tenía vínculos muy cercanos con el ‘forró’, el ‘maracatú'», expresó la bailarina y coreógrafa en referencia a los ritmos típicos de esa zona.

El presidente de la Asociación de Danzas Brasileira «Andança», Luis Floriao, fue el encargado de instruir personalmente en ‘forró’ a los invitados. Este ritmo se baila en Fortaleza, en Belén y en Marañao.

«Allá fui una más al principio. No fue fácil. No daba pie con bola. Me molieron los primeros días. Pero con muchísima pasión y una hermosa dedicación del director del evento, pude responder a los ritmos, y aprendí a descubrir que yo no estaba equivocada, que la danza es la danza. Creo que la gente pierde la alegría de vivir por la falta del bailar. La danza trae la música y el compartir. No existe cosa más egoísta que bailar solo, para uno solo», reflexionó Ceccarini.

Comentó que la experiencia fue única porque a cada rato le cambiaban de pareja. «Era desesperante bailar con un japonés, con un chino, con un holandés, con un alemán, con un boliviano, con uno de Bahía (enumeró). ¡No tenés tiempo de bailar!», expresó. «Es tanto lo que te marcan, que te van diciendo el paso. O te muelen a palos o te enganchás. Yo he bailado seis horas seguidas sin darme cuenta», recordó la mujer.

Guaynamérica

El 1 de septiembre de 1965 Ceccarini comenzó a vislumbrar lo que pronto sería Guaynamérica. Se conformó el «Misiones Ballet».
En 1971, mientras la artista estudiaba Letras en el Instituto Montoya, se armó un espacio de danza expresionista, que trabajó por varios años. En 1983 nació Guaynamérica, el que estuvo integrado por Estela Mujica (actual rectora del Montoya), Mónica Teijeiro e Irina Rovira (hermana del gobernador).

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