Garuhapemí volverá a tener un complejo industrial

Invertirán cerca de un millón para levantar una fábrica de aberturas. Dará mano de obra a cerca de 60 trabajadores del pueblo, que serán capacitados previamente en el Centro Tecnológico de la Madera. Podría comenzar a operar antes de fin de año. Después de casi ocho años de la quiebra y el cierre definitivo de la fábrica Garumí, el único centro industrial generadora de mano de obra permanente en el pueblo por varios años, Garuhapemí volverá a levantar un complejo industrial en el que se invertirán cerca de 1 millón de pesos.

Se trata de una fábrica de aberturas que se edificará en el Parque Industrial del municipio de Garuhapé, ubicado en Colonia Garuhapemí – también conocida como Colonia San Miguel – que podría comenzar a operar antes de fin de año o los primeros días del 2007.

Los fondos para la inversión, que ascienden a 992.000 pesos, ya fueron asignados por el Gobierno de la provincia el pasado 6 de abril y dado a conocer el lunes último a través del boletín oficial. Aún resta por dilucidar si el dinero será destinado en calidad de créditos o subsidios, o de ambas formas.

La confirmación del proyecto y la obra la dio el propio intendente de Garuhapé, Alberto De Dío, junto al jefe municipal de Obras y Servicios Públicos, Enrique Portos.

Aunque prefiere la cautela antes de tirar fechas precisas, Portos igualmente calculó que de no mediar inconvenientes la obra podría comenzar el próximo mes y estaría terminada para antes de fin de año, puesto que el tiempo de ejecución fue pautado en seis meses.
«Eso es lo que está estipulado y creo que los tiempos se podrían cumplir siempre que no suframos contratiempos», dijo el funcionario de Obras y Servicios Públicos.

En una primera etapa, estimó Portos, el nuevo emprendimiento generará mano de obra para unas 40 personas, pero una vez que estén bien aceitados todos los canales productivos, el número podría incrementarse a 60.

Una de las aristas interesantes del futuro complejo industrial es que los operarios no surgirán del mero azar; si bien serán del pueblo, deberán pasar por una fase previa obligatoria de capacitación, que será dictada por especialistas del Centro Tecnológico de la Madera (CTM) en Montecarlo.
«La idea es que el que ingrese tenga un conocimiento mínimo e indispensable sobre el manejo de las maquinarias y del trabajo y operaciones con la madera. Eso será fundamental», subrayó.

La otra cuestión interesante es que la futura producción ya tendrá garantizada los canales de comercialización durante 12 meses por lo menos. Es que las aberturas que se fabricarán aquí tendrán como destino fijo y por un año las casas que se construyen a través del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha).
«Así se garantiza una de las partes más importante de cualquier emprendimiento productivo, la comercialización de lo que se produce. Es un tiempo prudencial para que mientras tanto la fábrica pueda buscar sus propios nichos de mercados. Es decir que el proyecto arrancará con una parte comercial definida y asentada.», estimó Portos.


Objetivos
Garumí, la fábrica de maderas terciadas y laminadas, cerró definitivamente sus puertas el 4 de mayo de 1998, dejando sin su principal y casi único sostén laboral a este paraje de poco menos de tres mil habitantes, donde 170 operarios dependían directamente de ella, y otros tantos lo hacían en forma indirecta.
Desde entonces la desocupación fue la palabra que más asoló por este poblado, y la emigración fue la consecuencia más inmediata.
Los problemas de esta tradicional empresa de la zona comenzaron mucho antes de su cierre definitivo. Los mismos respondieron a diversos factores: malas administraciones, falta de mercado para la producción, asimetrías con países vecinos, obsolescencia de sus maquinarias y sobredimensionamiento de la planta de personal, lo que elevaba sus costos de producción, entre otros.

Con el propósito de superar esos dos duros obstáculos, el municipio ideó un proyecto a comienzos del año pasado, con similares características a la anterior industria. Sin embargo, la onerosa inversión que demandaría la instalación de una laminadora, obligó a repensar en otro plan de aplicación más inmediata y que demande menores recursos.
«Así surgió la idea de la fábrica de aberturas. El objetivo que perseguimos es claro: que la gente del pueblo tenga otra vez una alternativa de trabajo válida y permanente, una opción de vida sin dependencias de asistencialismo», dijo Portos en diálogo con este diario.

El proyecto involucra varios actores como la Municipalidad, una cooperativa foresto industrial –en formación-, el Instituto de Fomento Agro Industrial (IFAI) y el Ministerio del Agro y la Producción, además del Iprodha.
El IFAI manejará los fondos, la compra de maquinarias y estará al frente de la obra civil y la toma de personal pata la ejecución de la misma. Agro y Producción definirá el perfil productivo y la cooperativa gerenciará la fábrica.

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