Con la renuncia de tres ministros ya quedan cinco vacantes en el STJ

El Ejecutivo aceptó las renuncias de Marta Poggiese de Oudín, Luis Absi y Julio Dionisi, quienes se jubilarán con el 85 por ciento móvil de sus salarios actuales. El juez Enrique Calvo confirmó que renuncia

Termina una época. Marta Poggiese de Oudín fue una de las representantes de la mayoría automática en el STJ.

Termina una época. Marta Poggiese de Oudín fue una de las representantes de la mayoría automática en el STJ.

La mayoría automática está a punto de fenecer. La destitución de la ex jueza Marta Catella abrió el camino que se ensancha ahora con las renuncias aceptadas por el Poder Ejecutivo de los ministros Luis Alberto Absi -actualmente en la presidencia del Superior Tribunal de Justicia subrogando a Jorge Rojas-, Julio Eugenio Dionisi y Marta Poggiese de Oudín. Con ellos, se termina buena parte de la camada de cortesanos nombrados por el ex gobernador peronista Julio Humada y le da al Gobierno la posibilidad de nombrar a la mayoría de los jueces para cubrir los nueve cargos.
En funciones quedarán -por ahora- Jorge Rojas, Manuel Augusto Márquez Palacios, Jorge Alberto Primo Bertolini y Humberto Schiavoni, aunque los tres últimos también están en condición de jubilarse. Absi, Poggiese de Oudín y Dionisi (los dos últimos de licencia) aceptaron la oferta del Gobierno de jubilarse con el 85 por ciento móvil de sus sueldos actuales, lo que les permitirá seguir cobrando cerca de diez mil pesos mensuales. El Ejecutivo tomó esa decisión para «oxigenar» el Poder Judicial, ya que ninguno quería abandonar sus cargos por el tope de tres mil pesos, que sigue vigente para las demás jubilaciones del Estado.
En este régimen especial, el Instituto de Previsión Social sigue pagando hasta el límite de tres mil y del resto se hace cargo Rentas Generales. Para acceder al beneficio, el magistrado debe tener más de 60 años de edad y por lo menos quince de aportes al IPS. Sin embargo, también marcará el fin de una época en la Justicia misionera: los tres fueron nombrados en el apogeo del caudillo Humada y tuvieron fuertes vinculaciones políticas -junto a Catella- que le dieron más de un dolor de cabeza al Ejecutivo en los sucesivos conflictos de poderes desatados por la dura pulseada con el peronismo que manejaba la Cámara de Diputados: en sus fallos, siempre votaron contra los intereses del Gobierno, en un reflejo de la recordada mayoría menemista, cuyo modelo imitó Humada en la provincia con la ampliación de la Corte a nueve miembros y el control sobre la mayoría. Absi juró en abril de 1990 como un joven abogado con trayectoria militante en el peronismo. Un año después llegaron a la Corte Catella, Jorge Rojas -actual presidente- Julio Dionisi y Marta Poggiese de Oudín, esposa del ex diputado René Oudín. Ahora el Ejecutivo pretende utilizar todas las vacantes, ya que derogó la ley que bajaba sus integrantes a cinco, aunque por ahora no hay demasiados datos sobre quienes podrían ser los candidatos. Los nombres que circulan no pasan de especulaciones y el gobernador suele sorprender con sus designaciones. La fiscal Liliana Picazo ex candidata a cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia, admitió que le gustaría ser ministra del STJ.
Absi, Poggiese y Dionisi, no serán los únicos en acogerse al beneficio. El juez Juan Enrique Calvo confirmó su decisión de abandonar la actividad pública y lo mismo harían otros magistrados del interior, aunque de todas maneras, por ahora no se alcanzan las 16 renuncias que esperaba el Gobierno. Sin embargo, la que no está dispuesta a ceder es la ex ministra Catella, quien continúa adelante con la apelación a su destitución y rechaza la posibilidad de jubilarse.

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