Un plan de socorro a las provincias en medio de la crisis

El Plan de Financiamiento Ordenado (PFO) se puso en práctica el 8 de noviembre de 2002, mediante el decreto 2.263 firmado por el entonces presidente Eduardo Duhalde.
El programa surgió con el fin de que, con créditos federales, las provincias adheridas puedan atender sus necesidades financieras, agravadas por la falta de acceso al crédito. A cambio, el Gobierno nacional les reclama una serie de metas que tienden al equilibrio en las cuentas públicas provinciales.
Los pagos de las cuotas de los préstamos se efectúan con la cesión de coparticipación federal. Por esa razón, el Poder Ejecutivo necesitará que el PFO de este año sea ratificado por la Legislatura, al tratarse también de un nuevo crédito que compromete las cuentas públicas.
Las once provincias que ingresaron al Programa de Financiamiento Ordenado (PFO) que les otorgó la Nación en 2002 tendrán un ahorro de 1.385,84 millones de pesos por la eliminación del CER como factor de ajuste de la deuda.
Se trata de los gobiernos de Catamarca, Corrientes, Tucumán, Chaco, Misiones, Jujuy, Formosa, Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Río Negro que en los próximos días terminarán de firmar los convenios con la Nación que les permitirá «canjear» los préstamos PFO ajustables por CER por los nuevos del Programa de Asistencia Financiera (PAF).
En esencia, a cambio del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) las provincias deberán pagar una tasa del 6 por ciento anual, cuando anteriormente pagaban el 2 por ciento.

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