Perpetua a Violeta Artymyszyn por el homicidio de su esposo

La sentencia fue dictada por el Tribunal Penal 1. El defensor pidió suspender el debate y seguir investigando. Escuchó el veredicto con la mirada perdida en el piso y apenas lanzó un ahogado sollozo antes que los agentes del Servicio Penitenciario Provincial la rodearan y trasladaran al que será su hogar durante las próximas dos décadas. Violeta del Carmen Artymyszyn, de 42 años, fue sentenciada ayer por matar a su esposo, Nicolás Esteban Hrenessen en la madrugada del 29 de diciembre de 2002 en su lecho.
Los indicios que existían en el expediente le alcanzaron a los camaristas Angel Dejesús Cardozo, Demetria González de Canteros y José Antonio Reyes (subrogante) para dictar la condena, que fue leída minutos después de las 13.00.
La última jornada del juicio oral y público comenzó a las 9.15, cuando el defensor oficial Miguel Faría solicitó que el debate fuera suspendido y la causa remitida nuevamente al Juzgado de Instrucción, ya que el día anterior la imputada había dejado entrever que su amante, el suboficial de Policía Diego Fabián Benítez, había sido el autor del disparo.
Para Faría, la incorporación de ese nuevo elemento «altera el requerimiento fiscal por el cual se abrió el debate».
La fiscal Liliana Picazo se opuso por considerar improcedente el pedido y en esa dirección se pronunció el Tribunal tras un cuarto intermedio.
Al momento de los alegatos, la fiscal sostuvo que Artymyszyn fue la responsable de la muerte de Hrenessen. «Sus hijos nos dijeron que Violeta mató a su padre», agregó.
Acusó a la mujer de «haber sacado la investigación de la casa al decir que había ingresado una persona a robar».
En otro tramo de su extenso alegato indicó que «también mintió cuando dijo que no le daba las pastillas a su marido. Quedó probado que sí lo hacía y de esa manera colocó a ‘Nito’ en un estado de indefensión total».
Agregó que «lo medicaba sistematicamente para poder salir con Benítez» y que el revólver calibre 38 utilizada para consumar el hecho «nunca apareció porque Violenta no quiso que se hallara».
Picazo indicó que Artymyszyn «maquinó todo antes, durante y después del hecho» y la acusó de «pensar con la cintura para abajo».
Además, dijo que es «un personaje cruel con su marido y sus hijos».
Por su parte, el defensor Miguel Faría cuestionó la prueba de la parafina, que permitió hallar rastros de pólvora en la mano derecha de la imputada. Dijo que «no existe certeza que ese guantelete sea de Violeta porque no se hicieron fotos. Tampoco es una prueba que arroja certeza, sino sólo indicios que deben ir acompañados de otras pruebas».
Aseguró que la mujer «dormía cuando se produjo el disparo, lo cual es corroborado por sus hijos».
El defensor oficial pidió la absolución de la mujer por el beneficio de la duda.
Antes de la sentencia, Violeta repitió una vez más que no había matado a su marido. No le creyeron.

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