La Calo seguirá intervenida

No hay una comunicación oficial para la caducidad de la medida judicial. Julio Cesar Lenzken sigue como interventor de la Cooperativa Agrícola de Limitada de Oberá, pero deberá convocar a elecciones. El 1 de abril se cumplieron los ocho meses de la medida judicial dispuesta por el juez Julio José Skanata
Oberá. Pese a que no existe una comunicación oficial, la Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá (Calo) seguirá intervenida luego de cumplirse el plazo de ocho meses del proceso judicial dictado el juez Julio José Skanata, del Juzgado Civil y Comercial N° 2 el pasado 1 de agosto.

Los ocho meses de intervención judicial se cumplieron el sábado pasado, pero hasta ayer por la noche la actual conducción de la histórica cooperativa agrícola, a cargo de Julio Cesar Lenzken, director General de Asuntos Jurídicos de la Secretaria de Estado de Acción Cooperativa de la provincia, no había recibido una notificación oficial para alejarse del cargo lo que da por entendido una extensión de la medida de la justicia.

De hecho, en el argumento el juez Skanata había dejado abierto la posibilidad de ampliar el proceso siempre que el objetivo de «regularizar la institución institucional y económicamente» no se haya alcanzado en los ocho meses iniciales.

La Calo fue intervenida por la justicia el pasado 1 de agosto después de casi dos años de haberse presentado a concurso de acreedores y en virtud de que se encontraba con mandato vencido el Consejo de administración actual y existen anomalías de orden institucional y económico.

Lenzken asumió la conducción en medio de una severa crisis que colocó a la cooperativa al borde la desaparición pasando de más de mil socios a menos de 200 de la noche para la mañana.

La obligación del Director de Asuntos Jurídicos de Acción Cooperativa pasa ahora por convocar a una asamblea para normalizar la situación de la entidad y que el Consejo de Administración de la liderado por uno de los socios electo por el padrón.

El primer quiebre se produjo a fines de 1979 cuando la cooperativa refinanció la deuda con el Club de Bancos. Pero entró en una severa caída libre a comienzo de la década 90 cuando el Banco Nación Argentina (BNA) comenzó a reclamar una deuda de 2.300.000 pesos lo que puso en peligro de remate su actual sede, un molino de yerba mate en funcionamiento y una fábrica al igual que el embargo de los bienes de los socios garantes quienes avalaron con sus bienes a la entidad.

Después de la crisis del 2001, en el año 2003 se presentó a concurso preventivo de acreedores y de crisis, lo que llevó al desempleo a otros 50 empleados.

En un último intento la Calo solicitó ayuda de un crédito por 5 millones a través de un fideicomiso al Banco Nación para reactivar la entidad y saldar sus deudas pero no surgió ningún acuerdo de las gestiones, debido a la abultada deuda que ya mantenía entonces, con el estado, el Banco y otros acreedores.
En la gestión del ex intendente Rodolfo Dalmau se pretendió otro convenio para que allí funcionen todas las delegaciones dependientes del estado que hoy pagan alquiler a cambio del pago de la deuda, pero esto tampoco prosperó.

Por muchos años, la Calo mantuvo unas 16 sucursales en diferentes localidades movilizando incluso un presupuesto por mes de un millón y medio de pesos. Con secaderos y hasta fábrica de aceite de tung y un completo supermercado, la Calo logró un respeto que trascendió los límites del país y la impulsó a la venta de té a otros países europeos como una de las mas grandes proveedoras.
Sin embargo, las malas administraciones y errores cometidos en cuanto a su economía sumado a profundas crisis agrarias la llevaron a perder casi todo su poderío.
En 1997, quince de las 16 sucursales que tenían ya habían cerrado y el supermercado- uno de los centros comerciales mas importantes para los colonos que incluía hasta la venta de electrodomésticos- cerraba sus puertas dejando atrás otras épocas mejores. El emprendimiento intentó volver a reabrirse hacia fines del 2003 pero no tuvo buen recibimiento a pesar de que el edificio fue reacondicionado
En el 2005, la Justicia remató una de las chacras, que aun poseía la entidad de 47 hectáreas por 500 mil pesos por una deuda que mantenía con La Segunda Seguros Generales por ejecuciones hipotecarias. Las 47 hectáreas fueron adquiridas por una empresa constructora que las destinará a la edificación de viviendas.

Hoy la institución respira nuevo aire dado que durante los ocho meses de intervención recuperó parte del circuito productivo y saneó de alguna manera sus finanzas.

En el recupero mucho tuvo que ver el subsidio de 3 millones de pesos que la provincia otorgó en noviembre último. La ayuda económica posibilitó, entre otras cosas, la puesta en funcionamiento de un secadero de té que estaba abandonado, además de tener una activa presencia nuevamente en el circuito tealero de la Zona Centro.


LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas