La cocina como un espacio creativo con salida laboral

Para estudiar el arte culinario en Posadas ya existen algunas opciones muy diferentes. El IGA y el ISET son los preferidos.

Detalles. Los estudiantes ansiosos festejan los logros en las clases con aplausos y ovasiones.

Detalles. Los estudiantes ansiosos festejan los logros en las clases con aplausos y ovasiones.

Un grupo de personas -de todas las edades- se prepara cuidadosamente para ingresar a escena: la cocina. Gorritos, chaquetillas y delantales constituyen la indumentaria reglamentaria de ese templo. Al frente, una gran pizarra con letras en rojo forma parte de la escenografía. Allí puede leerse una serie de recetas: huevos poché, flan, omelette, soufflé de queso, soufflé de naranjas, tortilla de papas y bechamel.
En la cocina todo es blanco, desde el atuendo hasta el piso. La pulcritud es evidente. Se distribuyen entre cuatro mesadas, doce hornallas y tres hornos.

Demanda

El Instituto Gastronómico Argentino (IGA) abrió sus puertas en Posadas este año. Su capacidad de alumnado está colmada -cuentan con 300 estudiantes de 15 a 70 años de edad- y ya tienen una lista de espera de aspirantes a cursar el próximo ciclo lectivo. Allí se enseña no sólo cocina de todo el mundo, sino también técnicas para las recetas más sencillas.

El director, Alejandro Penas, comentó los pormenores de su llegada a la provincia. Tras un estudio de mercado, Misiones aparecía como uno de los puntos más tentadores del país por su demanda. En noviembre adquirieron la casa (por calle Córdoba) y comenzaron a refaccionarla. Y en diciembre se inició un intenso trabajo de promoción. La respuesta en la gente fue inmediata. Un mes antes de que cierren las inscripciones ya no tenían más vacantes para este ciclo lectivo. Las carreras que ofrece el instituto son: – Especialista en gastronomía y alta cocina (con título intermedio de Cocinero profesional) de dos años de duración; y – Especialista en Pastelería (un año). Las mismas tienen un costo anual de 1880 pesos, el que se puede financiar hasta en diez veces. Este dinero cubre todo para el estudiante: materiales, examen, indumentaria, etcétera. Además, brindarán cursos cortos de algunas especialidades, como en coctelería o cocina para chicos. Estos aún no se han largado por falta de espacio físico, aunque ya están ampliando el local hacia atrás. En tanto, la segunda cocina estaría terminada para agosto.

«No esperábamos tanta demanda. Nos pone muy contentos además lograr satisfacción en los pibes. Está funcionando todo muy bien», resumió Penas.

El chef ejecutivo Cristian Roqué es de La Pampa. Vino a Misiones para trabajar en el shopping pero actualmente se desempeña en el IGA al frente de la cocina. Lo acompaña en la tarea Marta Alfonso, encargada de Pastelería. Entre los dos se distribuyen los alrededor de 300 alumnos que tiene la institución en comisiones.

Roqué se formó en el IAG (Instituto Argentino de Gastronomía) en Buenos Aires.

«Hay grupos muy diversificados. Está el que estudia todo y no te deja hablar, hay quienes están observándote en la práctica, para aprender la técnica. La gente está muy dispuesta para todo (…) no les cuestan las cosas, están muy ansiosos siempre», comentó Roqué. «Estamos muy felices con los resultados», dijo.

Otra opción

En tanto, la carrera de Técnico especialista en arte culinario – chef existe hace siete años en el ISET. Tiene actualmente unos 300 alumnos y una duración de tres años. La cuota mensual es de 240 pesos. El título es oficial de validez nacional. Las clases son teóricas (en el establecimiento por Catamarca) y prácticas (en el anexo «La cátedra», por Ayacucho).
Según Marcela Molina, secretaria ejecutiva del ISET, los egresados se encuentran trabajando en hoteles y restaurantes reconocidos dentro y fuera del país.

Experiencias

Para Adrián Saldías (33), empleado público que se desempeña en Salud Pública en la parte de salud aborigen, estudiar cocina era una materia pendiente. «Es algo que siempre quise hacer, y ahora se me da la oportunidad». Señaló que le da tranquilidad estudiar en el Instituto Gastronómico Argentino, por la trayectoria que tiene. Comentó también, entre risas, que tiene que practicar en su casa todo lo que aprende. «Ahora piden más. Hasta se quieren juntar en casa para que yo cocine. Pero ya les dije que les va a salir más caro, antes era amateur y ahora cambia», sonrió.

Para Juan Carlos (29), oriundo de San Pedro, estudiar cocina es un sueño que se le está haciendo realidad. «Ahora se dieron los tiempos, el trabajo, es una sucesión de hechos», comentó. «La idea en un futuro es trabajar de esto, que está muy bueno», proyectó.

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