Se trata de dos hermanas que fueron dadas en guarda provisoria. Luego de cuatro meses deciden volver al hogar porque no lograron adaptarse a la familia. Desde hace cinco años funciona el Hogar «El Refugio» en Posadas. A medida que la estructura edilicia fue cumpliendo años se fue incrementando la cantidad de internos. Actualmente alcanzan a 50 siendo la mayoría reportados allí por oficio de la justicia.
Y por estos días se vivió una situación particular, única. Es el caso de dos hermanas que emocionó hasta las lágrimas a quienes llevan a adelante la labor de albergar a los más pequeños. La mayor tiene 14 y es abanderada, la menor tiene 11 años y asiste a EGB 3.
Cuando comenzaba la tarea del Hogar ya estaban las niñas a cargo de Isabel Herrera, quien dirige el establecimiento. Llegaron por pedido judicial, dado que su madre biológica es «esquizofrénica y psicótica» entonces intervino la justicia y las retiro del lado de su mamá. «Las golpeaba, las ataba a la cama, no les daba de comer, tienen una historia bastante traumática las chicas», contó Herrera.
Luego de varios años, a mediados de 2004 ambas fueron dadas en adopción a una familia que reside en Buenos Aires. No obstante, cuatro meses después de convivir con aquella familia las hermanas no estaban satisfechas con su nueva vida y decidieron regresar a «El Refugio».
«Las nenitas estuvieron cuatro meses con la guarda provisoria, pero el juzgado de familia se presentó con ellas al Hogar y el motivo era una especie de rechazo hacia la madre adoptiva», explicó.
Es que la tutora tenía ya un niño adoptado de 7 años y las pequeñas no lograban integrarse a la familia. «Cuando se fueron de Posadas pensamos que la adopción iba a ser plena, pero en la convivencia y en el trato normal de todos los días hacían un rechazo hacia el varón, y rechazaban la unión de la familia», dijo.
Finalmente, relató que «ingresaron al secundario, están estudiando. Ahora estamos viendo para conseguirle una beca a la mayor para que estudie en la universidad. Queremos que las dos se conviertan en profesionales».
Refugiarse
Isabel Herrera, directora del Hogar «El Refugio» señaló que «hay casi 50 chicos en este momento y la mayoría en situación de riesgo. Los chicos son derivados por la justicia, sin tiempo determinado, es cuando la justicia llegó al último término cuando ya no hay más posibilidades de que no vayan con alguien que tenga algún vínculo familiar, somos la última instancia».
La asistencia a los chicos se financia con los aportes de la comunidad, comerciantes, empresarios de otras provincias.
El año pasado había 32 chicos y en lo que va de éste ya son 50. En el transcurrir del tiempo unos diez niños fueron dados en adopción, y salvo las hermanitas, ninguno regresó.
Por violencia, abandono, fallecimiento de padres biológicos los chicos terminan conviviendo en el Hogar que poco a poco se convierte en su casa.
La idea es que su paso por el albergue sea temporal dado que su vida debe desenvolverse en el nucleo de una familia. En ese sentido, todos los estamentos apuntan a un mismo eje: la reinserción familiar, la recomposición de los vínculos.
El Refugio funciona como espacio de contención, apoyo, asistencia educativa, sanitaria y psicológica a los pequeños que no tienen otra alternativa de convivencia.
Los niños y la necesidad de alternativas de familia
