Ayer atestiguaron 15 personas. La mayoría eran empleados municipales que avalaron el procedimiento del inspector de tránsito que envió al corralón el vehículo de Abrazián y que luego liberó Marta Guimaráes.
Dichos y entredichos. El juicio continuó ayer con la presencia de numerosos testigos, además de la parte acusada.
[su_note note_color=»#cdcdcd»]Los testigos insistieron en que no es habitual que un magistrado se haga presente en el corralón.[/su_note]Aunque el cronograma del juicio político que se le sigue a la suspendida jueza María Marta Guimaráes, señalaba la realización de los alegatos para hoy, se supo que tanto la parte acusadora, como la defensa recién expondrán sus conclusiones mañana. Mientras tanto, hoy está prevista la presencia de tres testigos más, quienes se presentarán por la tarde, a partir de las 16. Entre quienes deberán presentarse a declarar se encuentra el locutor Alfredo Abrazián, protagonista del hecho por el cual se la juzga a la magistrada.
La jueza es acusada de indignidad, negligencia e irregularidad en sus funciones. Y es juzgada a raíz de la liberación del vehículo del conductor radial, que había sido llevado al corralón municipal por cruzar el semáforo en rojo, carecer del último pago del seguro contra terceros y de elementos de seguridad, además de poseer vidrios polarizados, según consta en el acta de infracción.
Estrategias
Durante el segundo día de audiencia pública, se escucharon los testimonios de 15 testigos, de los cuales 13, eran empleados de la Municipalidad, que se desempeñan en la Dirección de Tránsito. Mientras que los otros dos fueron citados por la defensa.
La parte acusadora se concentró ayer en hacer ver a través de los testimonios de los inspectores de tránsito, encargados del corralón municipal, choferes de la grúa, radio operadores y hasta serenos del corralón, la correcta actuación del inspector Darío Blanco, quien labró el acta de infracción contra Abrazián. También inisistieron en que no es habitual que un magistrado se presente en el corralón para liberar un vehículo detenido y que se lo libere sin el oficio y sin la corrección de las infracciones constatadas.
Mientras que, la defensa dirigida por el abogado Roberto Nicolás Chemes logró establecer a través de algunos testigos (incluso algunos de ellos convocados por los fiscales) que en ciertas oportunidades, se sacaron autos del corralón, a través de llamados telefónicos y por orden verbal de los jueces de faltas.
La mayoría de los testigos citados manifestaron tener varios años de trabajo en la Municipalidad y en base a eso, los fiscales Telmo Cabrera y José Domínguez se animaron a pedirles opiniones sobre los procedimientos.
Liberan autos en forma verbal
La defensa de la jueza María Marta Guimaráes convocó ayer a tres testigos. Uno de ellos, Ramón César Medina, dijo ser compañero de trabajo de Alfredo Abrazián y haberlo acompañado el 4 de marzo, cuando se detuvo su vehículo.
Medina afirmó que el conductor radial le mostró la documentación necesaria a la jueza suspendida y que después se liberó el automóvil. Una situación, que la parte acusadora niega, ya que insisten en que el vehículo salió del corralón tal y como ingresó.
Por otra parte, Carlos Enrique Meza (ex director de Tránsito de la Municipalidad) y el integrante del Departamento de Tránsito Daniel Villalba debieron reconocer su firma y su letra en unas infracciones labradas años atrás. En esas actas, ambos empleados certificaron la liberación de vehículos a partir de un llamado telefónico del magistrado de turno, es decir de forma verbal. Tres de los trámites se hicieron a instancias de la conjueza del Juzgado de Faltas 3, Carolina Irigaray, mientras que otro fue ordenado por el secretario del mencionado Juzgado, Miguel Ángel Almada.
Por otra parte, los acusadores trataron de desestimar el testimonio de Meza, porque se encuentra con licencia médica, afectado por una depresión. Sin embargo, el testigo presentó un certificado médico en el que se dejó constancia que está en condiciones para declarar.
Un quinto caso de liberación de un auto en forma verbal, surgió a instancias de la declaración del testigo Jorge Ciganda. Esa vez, la orden también había partido de la jueza Guimaráes.
Una segunda jornada menos intensa y más testimonial
