Combinan el cultivo de yerba con la cría de ganado ovino

Productores de la zona de Aristóbulo del Valle y San Vicente comenzaron con el uso de estos animales para el control de malezas. Ahora hacen engorde y venden la carne en la zona.

Pionero. Doce años atrás Carlos Gómez de Almeida incorporó las ovejas a su chacra de San Vicente

Pionero. Doce años atrás Carlos Gómez de Almeida incorporó las ovejas a su chacra de San Vicente

La historia comenzó cuando un grupo de productores de la zona de Aristóbulo del Valle se enteró que colonos de Garuhapé y de Andresito utilizaban ovejas para controlar la maleza en los yerbales.
Apoyados con recursos del Programa Social Agropecuario (PSA) imitaron la idea y hoy forman parte de una cuenca que combina el cultivo de yerba mate con la cría de ovejas para el autoconsumo, pero que también genera excedentes que se vende en la zona.
«Nos dio resultado. En la yerba nos ayuda porque no hace falta herbicidas y la plantación se mantiene limpia», comenta Carlos Gómez de Almeida, un productor que empezó con las ovejas hace doce años. Ahora, en su chacra de 36 hectáreas ubicada a pocos kilómetros de San Vicente la majada ya suma casi 60 animales, genera excedentes y arrima unos pesos más. «Vendí el kilo de cordero 7, 50 pesos», dice entusiasmado este integrante del grupo «Los pastorcitos», que reúne a once colonos.
Uno de los impulsores de la idea fue el técnico agrónomo Antonio Melgarejo, que se desempeña en el INTA San Vicente. «En nuestra provincia no existe cultura de consumir carne de oveja, pero puede ser una buen alternativa porque es una carne barata de producir. Con 5 a 6 meses de un cordero sacan 14 a 16 kilos de carne limpia», explica y añade que la reposición de los animales se obtiene dejando las hembras nacidas. «Con eso la majada aumenta y existe una ventaja más: hay ovejas que son mellizeras y como pueden dan cría tres veces al año, en una temporada pueden producir seis animales», precisa.

Propuesta al INYM

Otro de los gestores del proyecto fue el subsecretario de Diversificación y Reconversión Productiva, Ricardo Maciel, quien en aquellos años coordinaba el PSA en la provincia. «En principio el uso de las ovejas era para mantener limpios los yerbales. Pero después se vio la posibilidad de trabajar con una variedad que tenga más carne para poder comercializa», comenta.
Los productores empezaron a trabajar con animales de la raza Santa Inés, deslanada pero con bajo rendimiento de carne. Para lograr un mejor engorde las están cruzando con la variedad Texel.
Defensor a ultranza de este sistema el agrónomo recuerda que presentó un proyecto al Instituto Nacional de la Yerba Mate (donde se desempeña con representante del Gobierno Provincial) para consolidar esta alternativa productiva. «Es ideal para agricultores que tienen 3 a 5 hectáreas de yerba. La idea es fortalecer la cuenca que ya existe porque evita el uso de herbicidas y mejora la conservación del suelo», subraya.

También cebollas


Otra de las variantes que se incorporó en San Vicente y sus colonias es la producción de cebollas, también con el asesoramiento de Melgarejo. Hay unos 250 colonos que explotan alrededor de 120 hectáreas. «De acuerdo a la cantidad de semillas que se repartió estamos esperando 1.600.000 kilos», relata y añade que «recién ahora la gente comenzó a ver el negocio de la cebolla».
El año pasado la producción fue de 45 mil kilos y todo se vendió en San Vicente, a un precio promedio de 70 centavos.
Con el volumen de acopio esperado el punto a resolver para esta campaña es la comercialización. Se barajan varias alternativas como la venta a Brasil o en el Mercado Central de Misiones.

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