Evalúan proyectos para la mejora de yerbales

El Instituto Yerbatero analiza plan de chacras experimentales para recuperar plantaciones degradadas y otro para el control de malezas con ovejas.

Apoyo técnico. El sector primario aguarda que el INYM llegue a las chacras

Apoyo técnico. El sector primario aguarda que el INYM llegue a las chacras

El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) tiene en carpeta una serie de proyectos destinados a proporcionar asistencia técnica a los productores primarios, puntualmente en lo referido al manejo de las plantaciones.
Uno de los que se encuentra bajo análisis del Directorio contempla la puesta en marcha de chacras experimentales y fue presentado por el ingeniero agrónomo Roberto Montechiesi, quien es uno de los representante de la industria en el INYM y también participa del Consejo Regional del INTA Misiones por la agroindustria.
La propuesta incluye precisamente la participación de INTA, organismo que tiene una larga experiencia en estudios sobre el manejo de los yerbales en su Estación Experimental Agropecuaria de Cerro Azul.
El objetivo es la recuperación de yerbales degradados como así también la búsqueda de técnicas que permitan mayores rindes (labores culturales, fertilización, genética de las plantaciones) y que luego se trasladen a las chacras de los agricultores.

De yuyo a carne

La otra propuesta apunta fortalecer al control de manejos por medio de ovejas en la cuenca productora de yerba que se extiende en la zona que va desde Aristóbulo del Valle hasta San Pedro, donde la experiencia se desarrolla desde hace varios años en algunas chacras.
Esta idea fue presentada por el agrónomo Ricardo Maciel, representante del Gobierno de Misiones en el Instituto.
Los colonos utilizan una variedad de ovejas denominada Santa Inés, de bajo pelaje y que aguantan muy bien las altas temperaturas.
De acuerdo a la experiencia existente, el sistema es considerado ideal para las plantaciones de hasta 5 hectáreas, donde el «rendimiento» es de cinco animales por hectárea.
Lo que ahora reclaman los productores es el apoyo del INYM para conseguir ejemplares que permitan obtener una cruza de mayor rendimiento cárnico. De esta manera los productores logran un cultivo orgánico (no usan herbicidas químicos) y a la vez transforman el yuyo en carne que después pueden destinar al autoconsumo o vender en la zona.

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