Apoyo familiar

Alfredo Paraná nació en Puerto Libertad, en el norte de Misiones. Después de pasar por Posadas, se mudó a Buenos Aires donde a los 18 años se incorporó a la Gendarmería Nacional. «Tuve la oportunidad de trabajar en distintos destinos en el exterior. Finalizando mi carrera, conocí a la República Popular China, y realmente me interesó su cultura e idiosincrasia, pero fundamentalmente la apertura que hizo principalmente en los últimos diez años, donde pude apreciar la potencialidad de este gran país. Acá me di cuenta de las múltiples oportunidades en comercio exterior, y decidi solicitar mi retiro voluntario del servicio después de 25 anos, y radicarme en China para concretar mis aspiraciones», relató.
La adaptación en China no fue fácil. Alfredo explicó que la superó por tres razones.
«La primera de ellas, es tratar de entender a la gente y sus costumbres y traté de aplicar el refrán que dice: ‘donde fueres haz lo que vieres’ y de esa manera abrí mi mente a una cultura diferente que conociéndola e entendiéndola, no deja de ser muy interesante.
La segunda razón, es que uno debe tener la convicción personal y la personalidad adecuada para superar el desarraigo , viviendo más allá de lo que significa estar a más de 30.000 kilómetros de distancia, viendo los aspectos positivos que te ofrece la vida, como tener la posibilidad de conocer otras culturas, compartir con mi familia las vivencias del Oriente, de poder hablar otros idiomas (inglés y algo de chino) y finalmente concretar un sueño personal y al mismo tiempo poder continuar sirviendo a mi país de otra manera.
La tercera es que es muy importante que tu esposa e hijos acepten de buena voluntad acompañarte en este emprendimiento que no sólo significa una experiencia en lo personal, sino un gran desafío en lograr una posición laboral, que muchos no están dispuestos a hacer».

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